El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Ya perdieron el norte
Que no hay manera, oiga. Dejan marchar a Víctor Rodríguez Gago de las barbas del presidente del Cabildo y, automáticamente, los mediocres juntaletras se instalan en el insulto fácil y soez. Larry Álvarez y sus teresianettes han tomado el control manual del panfleto que tiene el PP para las vendetas y, desde el más cobarde de los anonimatos, han demostrado que el estado de nerviosismo que les invade es de proporciones hasta ahora desconocidas. Hemos respetado el derecho del señor Soria a querellarse contra nosotros, y procuraremos defendernos en los tribunales con las armas que el Estado de Derecho pone a nuestra disposición y con la documentación, los argumentos y los testimonios que sean precisos. Pero a Larry, en su actual estado de desesperación y de terribles premoniciones, no le basta con la querella, quiere masacrar, y por eso se desmelena sin caer en la cuenta de que el insulto personal es muy mal consejero para estas cuestiones. Nosotros todavía no hemos reproducido aquí lo que la gente dice de él, ni la definición que hacen de su jefe los que han analizado nuestra documentación e informaciones sobre el chalet del que ha disfrutado gracias a sus gracias.
Que no hay manera, oiga. Dejan marchar a Víctor Rodríguez Gago de las barbas del presidente del Cabildo y, automáticamente, los mediocres juntaletras se instalan en el insulto fácil y soez. Larry Álvarez y sus teresianettes han tomado el control manual del panfleto que tiene el PP para las vendetas y, desde el más cobarde de los anonimatos, han demostrado que el estado de nerviosismo que les invade es de proporciones hasta ahora desconocidas. Hemos respetado el derecho del señor Soria a querellarse contra nosotros, y procuraremos defendernos en los tribunales con las armas que el Estado de Derecho pone a nuestra disposición y con la documentación, los argumentos y los testimonios que sean precisos. Pero a Larry, en su actual estado de desesperación y de terribles premoniciones, no le basta con la querella, quiere masacrar, y por eso se desmelena sin caer en la cuenta de que el insulto personal es muy mal consejero para estas cuestiones. Nosotros todavía no hemos reproducido aquí lo que la gente dice de él, ni la definición que hacen de su jefe los que han analizado nuestra documentación e informaciones sobre el chalet del que ha disfrutado gracias a sus gracias.