El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Pregonar y dar trigo
El debate sobre los límites de la información en casos como el accidente de Barajas está permitiendo a los más sesudos columnistas columpiarse cada día un ratito en el tópico y, en algunos casos, hasta repartir certificados de pulcritud periodística que son para echarse a temblar. Nosotros no nos hemos refrenado lo más mínimo a la hora de informar sobre este accidente, seguramente porque nunca hemos tenido la necesidad de hacerlo. Tienen razón los que se quejan de que determinadas televisiones han sobrepasado todos los límites de la telebasura, pero a veces sorprende esa sorpresa, como si ésta fuera la primera vez que ocurre. No hace falta rasgarse las vestiduras, ni proclamar a los cuatro vientos lo ético que se es. Bastaría con aplicarse el cuento y el libro de estilo de cada cual: conocemos el caso de una periodista camuflada como familiar de una de las víctimas que, de verdad, nos parece increíble.
El debate sobre los límites de la información en casos como el accidente de Barajas está permitiendo a los más sesudos columnistas columpiarse cada día un ratito en el tópico y, en algunos casos, hasta repartir certificados de pulcritud periodística que son para echarse a temblar. Nosotros no nos hemos refrenado lo más mínimo a la hora de informar sobre este accidente, seguramente porque nunca hemos tenido la necesidad de hacerlo. Tienen razón los que se quejan de que determinadas televisiones han sobrepasado todos los límites de la telebasura, pero a veces sorprende esa sorpresa, como si ésta fuera la primera vez que ocurre. No hace falta rasgarse las vestiduras, ni proclamar a los cuatro vientos lo ético que se es. Bastaría con aplicarse el cuento y el libro de estilo de cada cual: conocemos el caso de una periodista camuflada como familiar de una de las víctimas que, de verdad, nos parece increíble.