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El regreso de las megaturbinas

Muchos llegamos a creernos que tras la espantada dada por la empresa peninsular que salió corriendo tras oler a chanchullo en el negocio de los aerogeneradores, la cosa se arreglaría. O por lo menos se calmaría a la espera de tiempos mejores. Y una de dos, el mundo sigue lleno de ilusos (entre los que nos contamos) o llegaron los tiempos mejores, que no son otros que aquellos en que el mandato de Arnáiz está más pendiente de los despachos de los fiscales que de las toneladas de registro bruto. Pero bruto, bruto. El presidente portuario ha recibido el encargo de llevar al consejo de administración del día 10 un acuerdo muy peculiar, consistente en defender la concesión administrativa a la Promotora de Recursos Hidráulicos, S.L., la empresa de Esquivel a la que señaló el funcionario Francisco Cabrera como beneficiara de todo el tinglado montado por Arnáiz y Luis Soria. Un chiringuito de 3.000 euros que quiere meterse entre pecho y espalda un negociete de 12.000 al año sencillamente por la fuerza del cariño.

Muchos llegamos a creernos que tras la espantada dada por la empresa peninsular que salió corriendo tras oler a chanchullo en el negocio de los aerogeneradores, la cosa se arreglaría. O por lo menos se calmaría a la espera de tiempos mejores. Y una de dos, el mundo sigue lleno de ilusos (entre los que nos contamos) o llegaron los tiempos mejores, que no son otros que aquellos en que el mandato de Arnáiz está más pendiente de los despachos de los fiscales que de las toneladas de registro bruto. Pero bruto, bruto. El presidente portuario ha recibido el encargo de llevar al consejo de administración del día 10 un acuerdo muy peculiar, consistente en defender la concesión administrativa a la Promotora de Recursos Hidráulicos, S.L., la empresa de Esquivel a la que señaló el funcionario Francisco Cabrera como beneficiara de todo el tinglado montado por Arnáiz y Luis Soria. Un chiringuito de 3.000 euros que quiere meterse entre pecho y espalda un negociete de 12.000 al año sencillamente por la fuerza del cariño.