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OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

Santiago Santana no dio su autorización

Mientras Aguedita prepara su escrito de descargo, su ex asesor en el Patronato de Turismo, el chivo expiatorio elegido para tratar de tapar el caso de las facturas falsificadas y pagadas con dinero público, hace lo propio con sus abogados. Pero a diferencia de la orientación acusadora de Montelongo, la estrategia de Santiago Santana va en la dirección de encontrar una escapatoria al laberinto en el que su propio partido le ha metido. Porque él no dio autorización alguna para que se emitiera un comunicado recogiendo expresiones que jamás pronunció, y mucho menos asumiendo en solitario la autoría de los “errores” cometidos en el Patronato de Turismo. Su asombro era colosal el jueves en Corralejo, a donde fue a almorzar con el candidato a alcalde de La Oliva por su partido, Marcelino Figueroa, en cuya lista aparece Santana. Todos los que lograron hablar con él recibían la misma contestación: “Yo no he firmado comunicado alguno”. Santana sabe que esto no va a quedar ahí, en una asunción de responsabilidades políticas, y sabe también que después de lo de Fernández y de lo del senador Burgos, vendrán más facturas de cuchipandas de altos cargos del PP pagadas con cargo al Patronato. Y sabe perfectamente que el asunto va a terminar en los juzgados, de ahí que esté muy preocupado estudiando qué hacer en las próximas horas. El lunes puede ser decisivo.

Mientras Aguedita prepara su escrito de descargo, su ex asesor en el Patronato de Turismo, el chivo expiatorio elegido para tratar de tapar el caso de las facturas falsificadas y pagadas con dinero público, hace lo propio con sus abogados. Pero a diferencia de la orientación acusadora de Montelongo, la estrategia de Santiago Santana va en la dirección de encontrar una escapatoria al laberinto en el que su propio partido le ha metido. Porque él no dio autorización alguna para que se emitiera un comunicado recogiendo expresiones que jamás pronunció, y mucho menos asumiendo en solitario la autoría de los “errores” cometidos en el Patronato de Turismo. Su asombro era colosal el jueves en Corralejo, a donde fue a almorzar con el candidato a alcalde de La Oliva por su partido, Marcelino Figueroa, en cuya lista aparece Santana. Todos los que lograron hablar con él recibían la misma contestación: “Yo no he firmado comunicado alguno”. Santana sabe que esto no va a quedar ahí, en una asunción de responsabilidades políticas, y sabe también que después de lo de Fernández y de lo del senador Burgos, vendrán más facturas de cuchipandas de altos cargos del PP pagadas con cargo al Patronato. Y sabe perfectamente que el asunto va a terminar en los juzgados, de ahí que esté muy preocupado estudiando qué hacer en las próximas horas. El lunes puede ser decisivo.