Una serie ceñida a lo que se sabe

Se empiezan a desinflar los peores presagios, aquellos que anunciaban que la serie de Telecinco sobre el accidente de hace dos años en Barajas iba a regodearse en el morbo, en el sufrimiento de las víctimas y en los aspectos más truculentos de la tragedia aérea. Vuelo IL 8714, estrenada la noche de este miércoles, es una serie de ficción, y desde el minuto uno advierte de esta circunstancia. Sus protagonistas principales son los miembros de la comisión de investigación sobre el accidente, técnicos que insistentemente buscan la verdad para evitar nuevas tragedias de este tipo. Un Carmelo Gómez bastante creíble (no alcanza esa categoría Enma Suárez) es un cascarrabias que en todo momento se desgañita buscando la verificación de todos y cada uno de los datos que van apareciendo desde el momento mismo en el que se estrella el avión. A pesar de ser una versión dramatizada de lo ocurrido, el primer capítulo de la serie se ajusta fielmente a las versiones oficiales conocidas hasta ahora sobre el siniestro, sin la menor especulación, sin espacio para nuevas y peregrinas teorías.

Se empiezan a desinflar los peores presagios, aquellos que anunciaban que la serie de Telecinco sobre el accidente de hace dos años en Barajas iba a regodearse en el morbo, en el sufrimiento de las víctimas y en los aspectos más truculentos de la tragedia aérea. Vuelo IL 8714, estrenada la noche de este miércoles, es una serie de ficción, y desde el minuto uno advierte de esta circunstancia. Sus protagonistas principales son los miembros de la comisión de investigación sobre el accidente, técnicos que insistentemente buscan la verdad para evitar nuevas tragedias de este tipo. Un Carmelo Gómez bastante creíble (no alcanza esa categoría Enma Suárez) es un cascarrabias que en todo momento se desgañita buscando la verificación de todos y cada uno de los datos que van apareciendo desde el momento mismo en el que se estrella el avión. A pesar de ser una versión dramatizada de lo ocurrido, el primer capítulo de la serie se ajusta fielmente a las versiones oficiales conocidas hasta ahora sobre el siniestro, sin la menor especulación, sin espacio para nuevas y peregrinas teorías.