El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Siguen sin poder emitir
El golpe infligido a las tres radios denunciadas desde el entorno de AFV-Ciuca ha sido exactamente el buscado. No sólo dejan sin capacidad para concursar a las dos privadas, sino que se les impide a dos de ellas (Cibelio y Canal Telde) reanudar sus emisiones con normalidad al no habérseles devuelto todo el material necesario. PCL Radio ya está emitiendo con normalidad porque su propietario, Antonio Uche, no parece tener miedo a las amenazas de nuevos cierres por la emisión de música y cuñas publicitarias con material no autorizado, mientras que en las otras dos toman se lo toman con mucha precaución por temor a otra arbitrariedad de la autoridad judicial y sus ramificaciones policiales. El caso es que unas emisoras que, al igual que otras decenas en Canarias, se buscaban la vida honradamente en las ondas, se quedan sin ingresos y sin poder ejercer sus derechos. Y sus oyentes sin el derecho a escucharles libremente. La cosa va para largo, porque la juez Zabala se ha marchado de vacaciones en agosto, al parecer sin dejar instrucciones precisas para desfacer el entuerto.
El golpe infligido a las tres radios denunciadas desde el entorno de AFV-Ciuca ha sido exactamente el buscado. No sólo dejan sin capacidad para concursar a las dos privadas, sino que se les impide a dos de ellas (Cibelio y Canal Telde) reanudar sus emisiones con normalidad al no habérseles devuelto todo el material necesario. PCL Radio ya está emitiendo con normalidad porque su propietario, Antonio Uche, no parece tener miedo a las amenazas de nuevos cierres por la emisión de música y cuñas publicitarias con material no autorizado, mientras que en las otras dos toman se lo toman con mucha precaución por temor a otra arbitrariedad de la autoridad judicial y sus ramificaciones policiales. El caso es que unas emisoras que, al igual que otras decenas en Canarias, se buscaban la vida honradamente en las ondas, se quedan sin ingresos y sin poder ejercer sus derechos. Y sus oyentes sin el derecho a escucharles libremente. La cosa va para largo, porque la juez Zabala se ha marchado de vacaciones en agosto, al parecer sin dejar instrucciones precisas para desfacer el entuerto.