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Terremoto en Tacoronte

El Partido Socialista Canario esperó hasta las nueve de la noche de este miércoles para emitir su pronunciamiento oficial sobre la moción de censura presentada por casi todos sus concejales en Tacoronte. La veían venir después de las tensiones de los últimos meses que desembocaron en una recomposición muy forzada e impuesta desde arriba del pacto con Coalición Canaria. Pero los dirigentes socialistas se dieron de plazo hasta esa hora, las nueve de la noche, para tratar de convencer por las buenas a sus concejales antes de amenazarlos públicamente con la expulsión si la censura contra el alcalde Álvaro Dávila termina ejecutándose. “Hay agrupación local aun expulsando a todos los firmantes” de la moción (solo un concejal se negó a hacerlo), aseguraban en la fontanería regional del PSOE, donde no se disimulaba este miércoles el cabreo por la fisura que esta acción produce. Y no necesariamente en el pacto regional con Coalición Canaria, sino fundamentalmente en la estrategia recientemente adoptada por la dirección del partido de afear en cada institución al Partido Popular su política de ataques a Canarias desde el Gobierno de Mariano Rajoy. Con grupos municipales socialistas como el de Tacoronte pactando con el PP podría de alguna manera resentirse esa estrategia, sostenían a mediodía de ayer altos responsables del PSC. Otros, sin embargo, temían una reacción visceral de ATI, entendiendo por ATI el sector más posicionado en contra de los planteamientos generales de CC, es decir, los dirigentes de Tenerife, verbigracia, Fernando Clavijo o Ana Oramas. Hay quienes sitúan a ambos ?especialmente al alcalde de La Laguna- en la trastienda de esta censura sabedor de que el nombre de Tacoronte es de los pocos que figura como intocable en los acuerdos del pacto de gobierno de Canarias. Las navajas de afeitar a Paulino Rivero se afilaban con fruición este miércoles en algún que otro despacho nacionalista tinerfeño. El desafecto sembrado desde ellos contra Paulino Rivero se acrecentará en las bases y en la dirigencia de ATI de manera importante e interesada a partir de esta acción de estos concejales socialistas que han antepuesto sus intereses localistas a los del partido que los colocó allí y a los del pacto regional que dejó al PP fuera de las principales instituciones. Ellos sabrán las cabras que guardan.

El Partido Socialista Canario esperó hasta las nueve de la noche de este miércoles para emitir su pronunciamiento oficial sobre la moción de censura presentada por casi todos sus concejales en Tacoronte. La veían venir después de las tensiones de los últimos meses que desembocaron en una recomposición muy forzada e impuesta desde arriba del pacto con Coalición Canaria. Pero los dirigentes socialistas se dieron de plazo hasta esa hora, las nueve de la noche, para tratar de convencer por las buenas a sus concejales antes de amenazarlos públicamente con la expulsión si la censura contra el alcalde Álvaro Dávila termina ejecutándose. “Hay agrupación local aun expulsando a todos los firmantes” de la moción (solo un concejal se negó a hacerlo), aseguraban en la fontanería regional del PSOE, donde no se disimulaba este miércoles el cabreo por la fisura que esta acción produce. Y no necesariamente en el pacto regional con Coalición Canaria, sino fundamentalmente en la estrategia recientemente adoptada por la dirección del partido de afear en cada institución al Partido Popular su política de ataques a Canarias desde el Gobierno de Mariano Rajoy. Con grupos municipales socialistas como el de Tacoronte pactando con el PP podría de alguna manera resentirse esa estrategia, sostenían a mediodía de ayer altos responsables del PSC. Otros, sin embargo, temían una reacción visceral de ATI, entendiendo por ATI el sector más posicionado en contra de los planteamientos generales de CC, es decir, los dirigentes de Tenerife, verbigracia, Fernando Clavijo o Ana Oramas. Hay quienes sitúan a ambos ?especialmente al alcalde de La Laguna- en la trastienda de esta censura sabedor de que el nombre de Tacoronte es de los pocos que figura como intocable en los acuerdos del pacto de gobierno de Canarias. Las navajas de afeitar a Paulino Rivero se afilaban con fruición este miércoles en algún que otro despacho nacionalista tinerfeño. El desafecto sembrado desde ellos contra Paulino Rivero se acrecentará en las bases y en la dirigencia de ATI de manera importante e interesada a partir de esta acción de estos concejales socialistas que han antepuesto sus intereses localistas a los del partido que los colocó allí y a los del pacto regional que dejó al PP fuera de las principales instituciones. Ellos sabrán las cabras que guardan.