El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
A vueltas con El Veril
Nos escribe un asiduo lector comentando el proyecto de Costas para la playa de El Veril, en San Bartolomé de Tirajana, y nos dice que si el PSOE aprobó un proyecto en 1995 y hasta ahora sólo se ha publicado un avance medioambiental, casi lo mejor es esperar dos años y, si gana Zapatero, pues eso, a ejecutar, que no en vano ya tienen el proyecto hecho y la aprobación dada. Nuestro amigo quiere saber si hay componente ideológica o sólo encuentro de personas. Contestación nuestra con el necesario grado de incredulidad que nos caracteriza: no creemos que sea una cuestion ideológica. En 1995 se quiso actuar con diques paralelos a la costa y ahora se propone hacerlo con diques perpendiculares. En 1995 la obra era mayor y ahora se plantea menor, esto es, menos vertido de escollera y de arena. Pero lo que ha estado mal es la forma como se presentó el nuevo estudio: como contestación al anterior. Y Marco Aurelio, el que no admite comparación, tragó. Porque el discurso calidad contra cantidad, obra grande contra obra pequeña, no debe ser criterio único y en todo caso no debe ser dirimido por el dúo Copeyro-Orive, sino acaso tengan algo que decir autoridades en la cosa del territorio, del turismo, empresarios y vecinos. La pequeña obra del ingeniero Copeyro resuelve el problema de una empresa que en su día le consultó para conseguir un atraque en la zona del Parque Tropical y crea playas de bolsillos mirando a la torre de Unelco. Todo pequeño y entrañable. La opción anterior alargaba la Playa del Inglés para hacerla transitable hasta San Agustín.Todo grande y faraónico. Pues ni una cosa ni la otra. En todo caso los años transcurridos desacreditan a los actuales gestores y dejan claro que el sitio no es santuario de nada sino un lugar necesitado de actuación. Lo que no han hecho en siete largos años.
Nos escribe un asiduo lector comentando el proyecto de Costas para la playa de El Veril, en San Bartolomé de Tirajana, y nos dice que si el PSOE aprobó un proyecto en 1995 y hasta ahora sólo se ha publicado un avance medioambiental, casi lo mejor es esperar dos años y, si gana Zapatero, pues eso, a ejecutar, que no en vano ya tienen el proyecto hecho y la aprobación dada. Nuestro amigo quiere saber si hay componente ideológica o sólo encuentro de personas. Contestación nuestra con el necesario grado de incredulidad que nos caracteriza: no creemos que sea una cuestion ideológica. En 1995 se quiso actuar con diques paralelos a la costa y ahora se propone hacerlo con diques perpendiculares. En 1995 la obra era mayor y ahora se plantea menor, esto es, menos vertido de escollera y de arena. Pero lo que ha estado mal es la forma como se presentó el nuevo estudio: como contestación al anterior. Y Marco Aurelio, el que no admite comparación, tragó. Porque el discurso calidad contra cantidad, obra grande contra obra pequeña, no debe ser criterio único y en todo caso no debe ser dirimido por el dúo Copeyro-Orive, sino acaso tengan algo que decir autoridades en la cosa del territorio, del turismo, empresarios y vecinos. La pequeña obra del ingeniero Copeyro resuelve el problema de una empresa que en su día le consultó para conseguir un atraque en la zona del Parque Tropical y crea playas de bolsillos mirando a la torre de Unelco. Todo pequeño y entrañable. La opción anterior alargaba la Playa del Inglés para hacerla transitable hasta San Agustín.Todo grande y faraónico. Pues ni una cosa ni la otra. En todo caso los años transcurridos desacreditan a los actuales gestores y dejan claro que el sitio no es santuario de nada sino un lugar necesitado de actuación. Lo que no han hecho en siete largos años.