La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno del Gobierno de Canarias ha presentado este lunes, 20 de diciembre, la Estrategia de Acción Climática, que tiene por objeto establecer, a largo plazo, el conjunto de medidas en que se concreta la contribución del Archipiélago al cumplimiento de los compromisos en materia de acción climática.
El Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética de Canarias define el marco de planificación en acción climática de Canarias, que se llevará a cabo a través de dos estrategias: la Estrategia Canaria de Acción Climática y la Estrategia Canaria de Transición Justa y Justicia Climática.
La Estrategia Canaria de Acción Climática es el instrumento marco de planificación regional en materia de acción climática de la Comunidad Autónoma de Canarias, que a su vez será desarrollada a través del Plan Canario de Acción Climática, los planes de acción insulares y municipales para el clima y la energía y el Plan de Transición Energética de Canarias.
Este modelo establece cinco Objetivos Estratégicos: la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y fomento de la absorción de carbono; la mejora de la eficiencia energética; la implantación de energías renovables; la movilidad sostenible y el transporte de emisiones contaminantes directas nulas y la adaptación y resiliencia.
Estos objetivos, que se dividen en Líneas Estratégicas, constituyen el marco en el que se ubicarán las medidas y actuaciones que se concretarán a través del Plan Canario de Acción Climática y el Plan de Transición Energética de Canarias.
El consejero regional del Área, José Antonio Valbuena, explicó en rueda de prensa que “esta Estrategia se marca como principal objetivo convertir a Canarias en una sociedad climáticamente neutra y resiliente al clima en 2040 y, para conseguirlo, muestra el camino a seguir a través de la aceleración de la descarbonización en todos los sectores económicos; el refuerzo de la capacidad de adaptación y la reducción de la vulnerabilidad a los impactos climáticos; intensificando la acción en toda la sociedad y la economía canaria; atendiendo en todo momento a los principios orientadores de gobernanza climática, transición socialmente justa, cultura de cero emisiones, conocimiento del cambio climático e innovación y oportunidades”.
El viceconsejero, Miguel Ángel Pérez, indicó que “esta estrategia estructura la lucha contra el cambio climático desde la responsabilidad colectiva, en consonancia con las políticas marcadas por la UE y España, pero adelantándose en 10 años al objetivo marcado por sus administraciones”. Pérez aseguró que “este adelanto contribuirá a mejorar la competitividad de la economía canaria gracias a las nuevas oportunidades que supone la transición energética”.
José Antonio Valbuena aseguró que “esta Estrategia expone las transformaciones económicas y sociales necesarias para responder a la crisis climática, de manera coherente e integrada, involucrando a todos los sectores de la economía y de la sociedad canaria y aprovechando las oportunidades que contribuyan a la mejora de la competitividad y la modernización de la economía, a la vez que garantiza la creación de empleo, mejora la calidad de vida de la sociedad canaria y protege el medio ambiente. Todo ello, persiguiendo un crecimiento sostenible y una transición socialmente justa e inclusiva, que no deje atrás a ningún ciudadano”.
Los objetivos canarios para 2040
En materia de reducción de emisiones GEI, el objetivo regional para 2040 es reducirlas en un 90% con respecto al dato de 1990. “ Al menos, el 10% restante de esas emisiones remanentes deben ser absorbidas por sumideros, de manera que alcancemos el escenario de neutralidad climática”, explicó Miguel Ángel Pérez.
La Estrategia de Acción Climática asume el principio de “primero, la eficiencia energética” asumido por la UE. En este sentido, el objetivo para 2040 se centra en reducir de manera significativa el consumo energético, del 50% respecto a las proyecciones de energía primaria del escenario tendencial, lo que contribuirá a alcanzar la descarbonización.
Su consecución se basará en la implementación de políticas de eficiencia energética, el impulso de la economía circular y el cambio de hábitos y la reducción de la necesidad de recursos y de sus emisiones GEI asociadas.
José Antonio Valbuena apuntó que el objetivo marcado de implantación de energías renovables para 2040 debe cubrir el 92% del consumo de energía final. “La neutralidad climática en Canarias pasa por la disminución de las energías no renovables, que serán reemplazadas paulatinamente por la eficiencia energética y las fuentes de energía no contaminantes”, señaló.
Sobre la movilidad y el transporte, la Estrategia plantea un cambio del modelo actual de Canarias a partir de la gestión y logística de los sistemas de transporte y movilidad, basados en criterios de eficiencia energética, reducción de emisiones y racionalización del uso. Se apuesta por la electrificación del parque de vehículos derivado de fuentes de energías renovables, la potenciación del transporte público y colectivo sostenible y eficaz, la movilidad de proximidad a partir de modelos de movilidad no motorizados o de contaminación directamente nula en detrimento del vehículo de combustión interna.
Otro de sus objetivos es la mejora de la eficiencia energética del transporte aéreo y marítimo, así como la reducción paulatina de las emisiones GEI generadas por el consumo de combustibles fósiles a través de la introducción progresiva de las soluciones que se vayan desarrollando por el avance tecnológico.
El consejero indicó que “el objetivo que nos hemos marcado para el transporte terrestre para 2040 es muy ambicioso y supone una cuota del 100% de energía renovable y una demanda eléctrica de 4.467 Gwh, que equivaldría a más de dos millones de vehículos de contaminación directamente nula.
Por último, en materia de adaptación y resiliencia, se fija como objetivo que Canarias sea un territorio resiliente climáticamente en 2040, consiguiendo una capacidad de adaptación reforzada y de reducción de la vulnerabilidad a los impactos climáticos, que garantice la sostenibilidad y la calidad de vida de sus ciudadanos.
“Esto supone mejorar la preparación y la capacidad de respuesta a los efectos del cambio climático a nivel local y regional, evitando los peligros que una preparación insuficiente puede suponer para la salud y el bienestar socioeconómico de los ciudadanos, así como para la biodiversidad y los ecosistemas canarios mejorando el conocimiento sobre los impactos climáticos y las soluciones de adaptación, mediante una planificación coherente y acelerando la acción en toda la sociedad y la economía”, explicó Miguel Ángel Pérez.