El Ministerio de Transición Ecológica condiciona su aprobación de las obras de la central de bombeo Chira-Soria, en Gran Canaria, que afectan a la franja marítima a que se hagan algunos cambios en el proyecto que reduzcan su impacto sobre los hábitats de los que dependen la colonias de tortuga verde.
En un documento fechado el 1 de febrero y difundido este lunes por la plataforma Salvar Chira-Soria, Costas examina el impacto de las infraestructuras de la futura central hidroelétrica que están ubicadas dentro del dominio público marítimo terrestre: básicamente, la toma de agua de la desaladora que abastecerá al sistema y su emisario de salmuera.
La Dirección General de Costas señala que la toma de agua prevista está dentro de los límites de la Zona de Especial Conservación (ZEC) “Franja marina de Mogán”, que pertenece a la Red Natura 2000, mientras que el punto elegido para colocar el emisario de salmuera de la desaladora se encuentra fuera, pero podría quedar dentro si se llevan a cabo los planes de ampliación de ese espacio protegido.
Como primera medida, Costas sugiere que se estudie la viabilidad de que los vertidos de salmuera no acaben en el mar con un emisario propio, sino que se canalicen hacia la estación depuradora de aguas residuales de Arguineguín, que cuenta ya con un punto de vertido.
Ello, argumenta, permitiría “eliminar, por un lado, parte de las obras” previstas en el dominio marino y, por otro, lograr una “mejora en la dilución del vertido de salmuera y un punto de vertido más óptimo, considerando la posible afección a las comunidades bentónicas existentes en la zona de actuación”.
Y, fundamentalmente, llama la atención sobre el hecho de que la franja marítima de esa zona del sur de Gran Canaria “es un punto de concentración y residencia de ejemplares juveniles de tortuga verde”, que utilizan esos espacios para alimentarse y crecer.
Costas recuerda, al respecto, que la tortuga verde forma parte del Lista de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Por ello, exige que cualquier alternativa que se elija para las obras evite “en la medida de lo posible” deteriorar los hábitat de arrecife existentes en la zona y “tome todas las medidas necesarias para evitar molestias o daños” a las tortugas, “tanto durante la fase de obra como de explotación”.
La Dirección General de Costas estima que las obras previstas en el dominio público marítimo terrestre “no ponen en riesgo” el buen estado ambiental de los espacios marinos, pero subraya que su informe “favorable” está condicionado al cumplimiento de los cambios y mejoras que sugiere.