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Ángela Molina quiere escribir sus memorias

GIJÓN, 20 (EUROPA PRESS)

Ángela Molina sigue aprendiendo día a día en su oficio, en el que aprendió a disfrutar pero también a perder. Molina se definió como actriz de cine de autor, al tiempo que abrió la puerta a que en un futuro de pueda poner detrás de la cámara e incluso escriba sus memorias. Asimismo, apuntó que le gustaría que hubiese más mujeres directoras y las animó a que se sientan necesarias en este arte.

Así lo manifestó en la rueda de prensa celebrada en el Antiguo Instituto con motivo del premio Nacho Martínez que recogió en la gala de inauguración del XXVII Festival Internacional de Cine de Gijón. La actriz tuvo un recuerdo para su amigo Martínez, y en especial de la película en la que ambos compartieron protagonismo, 'La mitad del cielo'.

“Nos reíamos mucho”, dijo sobre el actor asturiano. Por este motivo, indicó que, pese a que sus papeles les obligan a mantener una relación odio-pasión, “nos era difícil encontrar ese punto de aversión en el rodaje”.

Molina apostó por no dejar de ser uno mismo en esta profesión, que vinculó más en su caso al cine de autor que al comercial. Una profesión en la que también ha habido momentos “injustos”, que ha sabido pelear. Asimismo, dijo estar encantada con la posibilidad de que la película “Los abrazos rotos”, de Pedro Almodóvar, en la que ella participa, opte a un Óscar aunque no sea en la categoría de mejor película extranjera.

La actriz reconoció que le hace gracia que la película se vea en EEUU y destacó que allí se sigue el trabajo de Almodóvar. Para ella, el director manchego es un referente de España que es capaz de crear un foco de atención a la cultura española.

Precisamente Almodóvar fue uno de los directores nombrados por Molina cuando se le preguntó por su favorito, aunque matizó que prefiere no elegir entre ellos para no dejarse a nadie en el tintero. Según la actriz, cada uno tiene una huella “indiscutible”.

“Tuve la oportunidad de conocer a directores de gran talla humana”, apuntó antes de nombrar a Luis Buñuel, con el que trabajó por primera vez cuando tenía unos 20 años. Molina aseguró que Buñuel ha sido para otros directores “un punto de partida de su creatividad”. “Los demás para mí son como sus hijos”, añadió.

También se mostró interesada por el trabajo de los directores jóvenes en España, y puso de ejemplo a Paco cabezas, con el que acaba de rodar en Buenos Aires (Argentina) la película “Carne de Neón”. “Me emociona descubrir personas con gran talento que cuentan contigo”, indicó.

Por otro lado, hizo mención a la afinidad que tiene con el festival de cine gijonés, ya que en su larga trayectoria profesional hizo más cien de autor que otra cosa. Molina, que lamentó no poder quedarse al certamen, del que destacó el acierto a la hora de seleccionar las películas, reconoció que huía del cine comercial y que prefería las películas “que nacen de un sueño o una necesidad”. “Tengo muchos amigos en mi vida que dejaron lo que tenían para poder lograr hacer una película”, señaló.

Molina también explicó que a los tres minutos de leer un guión ya sabe por dónde ir y si el personaje que le ofrecen corresponde con su interpretación. “Debe capturarme absolutamente”, apuntó sobre el guión.

En cuanto a sus proyectos más inmediatos, citó la serie “Gran Reserva”, que está rodando y que se emitirá en Televisión Española en enero. La serie trata de dos familias bodegueras, en las que ella interpreta a una viuda, matriarca de una de ellas, y en la otra familia hay un viudo, papel que hace Emilio Gutiérrez Caba. Molina comparte serie en esta ocasión con su hija, Olivia Molina.

También lamentó no poder centrarse en escribir sus memorias, ya que tiene una vida “complicada”. Y aunque dijo desearlo “fervientemente”, señaló que tiene un trabajo y una familia de la que ocuparse. “Realmente sí que es una aspiración”, dijo.

Tampoco descartó tomar algunas lecciones en el futuro y ponerse a dirigir, pese a reconocer que no sabe si sería capaz. Molina dijo desconocer las razones por las que hay pocas cineastas, aunque descartó que fueran técnicas. Por este motivo, señaló que si la aplicación de la discriminación positiva en el cine a la hora de otorgar subvenciones ayudaba a que hubiera más mujeres directoras, veía “bien” la medida. La actriz apeló a la “sensibilidad complementaria” de las mujeres.