El Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) acogerá este lunes en Gran Canaria y el martes en Tenerife a la Chamber Orchestra of Europe dirigida por el colombiano Andrés Orozco-Estrada y que estará acompañada por el pianista francés Pierre Laurent Aimard en la interpretación del Concierto nº 24 de Mozart.
Se trata de una prestigiosa formación, impulsada en sus primeros años por Claudio Abbado, que ofrecerá obras de Mozart y Beethoven, según ha informado la organización.
Orozco-Estrada ha afirmado que será “un concierto maravilloso” y que la orquesta “va a tener oportunidad de brillar porque es una música que está llena de energía, con muchos contrastes, pero sobre todo con esa ligereza, con esa vitalidad de Mozart y de Beethoven. Y un gran solista, así que estamos todos con muchas ganas de compartir con el público del festival”.
Por su parte, los conciertos serán el lunes, 30 de enero, en el Auditorio Alfredo Kraus, en Gran Canaria, y el martes, día 31, en el Auditorio de Tenerife, ambos a las 20.00 horas.
Las entradas están disponibles en www.festivaldecanarias.com y en las plataformas habituales de venta de ambos escenarios. Se recuerda que los estudiantes de música pueden acceder a los conciertos con una tarifa especial de tres euros.
Asimismo, en ambas citas habrá una charla introductoria a cargo de Ricardo Ducatenzeiler que dará comienzo en una sala anexa una hora antes del inicio de cada concierto.
En los conciertos se interpretará un programa que incluye la Sinfonía no 38 en Re mayor K. 504 de Mozart, conocida como Praga, ciudad a la que el compositor llevó la sinfonía de Viena y que refleja su estilo más sofisticado, de argumento dramático.
La segunda pieza es el Concierto para piano no 24 en Do menor K. 491, actuando como solista Pierre-Laurent Aimard, ampliamente aclamado como una figura clave en la música de nuestro tiempo. Ningún otro de sus conciertos para piano cuenta con una mayor variedad de instrumentos: la obra está compuesta para cuerdas, viento-madera, trompas, trompetas y timbales.
La Sinfonía no 29 en La mayor, K. 201/186a, una de las más conocidas de sus sinfonías tempranas, se inscribe en el estilo de la música de cámara, pero con un carácter vehemente e impulsivo.
Para cerrar, la Sinfonía no 4 en Si bemol mayor, op. 60 de Beethoven, absoluta obra maestra, flanqueada por las dos cimas imponentes de La Heroica y la Quinta, que exige de la orquesta un virtuosismo implacable.