La huella grancanaria del compositor Camille Saint-Saëns, en forma de partitura

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

El Museo Canario ha recibido este miércoles, 8 de marzo, un importante documento histórico del genial compositor francés Camille Saint-Saëns (1835-1921). Se trata de una partitura del famoso Valse Canariote, pieza que el músico dedicó a Candelaria Navarro Cigala.

La particularidad de este ejemplar, explica el Museo Canario en un comunicado, reside en el hecho de recoger una dedicatoria autógrafa a la propia Candelaria Navarro. Fueron precisamente sus descendientes, la familia Díaz-Saavedra, quienes confiaron su custodia en un acto que contó con la presencia de José Díaz-Saavedra y de Morales, en representación familiar, y Diego López Díaz, como presidente de la institución.

La amistad entre Candelaria Navarro y Camille Saint-Saëns hay que enmarcarla en la novelesca historia de la desaparición del compositor en 1889, cuando París preparaba el solemne estreno de su ópera Ascanio. Huyendo de una fama que le resultaba asfixiante en un momento difícil de su vida, el músico buscó refugio en Gran Canaria, donde permaneció varios meses haciéndose pasar por un comisionista llamado Charles Sannois. Con este nombre falso, Saint-Saëns entabló amistad con algunos miembros de la élite cultural de la capital grancanaria, que lo consideraron extraordinariamente culto y también algo excéntrico. Cuando finalmente se descubrió su verdadera identidad, en abril de 1890, la vida de Saint-Saëns volvió a la normalidad, pero la huella dejada por su aventura en Gran Canaria debió de ser muy positiva, puesto que en los años siguientes regresó en otras seis ocasiones para pasar largas temporadas, ya sin artificios, entre sus amistades isleñas.

El Museo Canario asegura conservar varios vestigios históricos del paso de Camille Saint-Saëns por las islas.

Al respecto, señala que destacan, además de algunas composiciones de inspiración canaria - como Campanas de Las Palmas o el propio Valse Canariote - varias fotografías tomadas por fotógrafos locales, también con dedicatorias manuscritas, y un curioso retrato al óleo que Manuel González Méndez ejecutó en su paleta de colores mientras pintaba el cuadro encargado por el ayuntamiento en 1900, cuando el músico fue nombrado Hijo Adoptivo de la capital.

Estos materiales se completan ahora con la partitura autografiada que entrega la familia Díaz-Saavedra, que supone uno de los documentos más representativos del afecto que unió para siempre a Camille Saint-Saëns con Las Palmas de Gran Canaria.