MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
“De cierta manera, se puede decir que la democracia en Sudáfrica es más estable que en España, puesto que allí no hay movimientos separatistas”. Así de contundente se mostró el escritor y periodista John Carlin, autor del libro que inspiró la película 'Invictus', dirigida por Clint Eastwood, que retrata los primeros meses de Nelson Mandela en la presidencia de Sudáfrica. El filme se estrena el próximo 29 de enero.
Morgan Freeman encarna al popular líder africano y tiene que trasmitir las dificultades que Mandela tuvo en asentar la democracia en su país al llegar al más alto cargo político de Sudáfrica, después de pasar 27 años en la cárcel. La película se basa en el libro 'El factor humano', lanzado por Carlin en 2008, que retrata el intento de Mandela de reunificar su país a través del lenguaje universal del deporte.
Durante sus primeros meses de Gobierno, el líder africano se da cuenta de que su país sigue dividido racial y económicamente. Uno de los mayores símbolos del 'apartheid', el equipo nacional de rugby - los Springboks- va mal en los campeonatos y sus aficionados no creen que podrá jugar bien en la Copa del Mundo de ese deporte, celebrada en Sudáfrica en 1995. Mandela decide aliarse al capitán del equipo, François Pienaar (interpretado por Matt Damon), en un intento de borrar la imagen racista de los Springboks y, a la vez, unir el país bajo la emoción nacionalista que trasmite el deporte.
“EL DÍA MÁS FELIZ EN SUDÁFRICA”
“La final de la Copa del Mundo de Rugby en 1995 no fue un evento deportivo, sino un increíble acontecimiento político. En toda mi carrera nunca había presenciado un evento de tanta magnitud”, explicó Carlin, cuyo objetivo al escribir al libro era “contar la historia de Mandela de una manera que fuera al grano, a la esencia de la grandeza de su genio” y “no como una autobiografía”.
“Fue el día más feliz en la Historia de Sudáfrica y fue el día más feliz de la vida política de Mandela, cuando todos sus sueños se hicieron realidad”, sentenció este inglés de orígenes españoles y escoceses, añadiendo que tanto el libro como la película han tenido mucho éxito en el país.
Carlin, corresponsal del periódico 'The Independent' en Sudáfrica de 1989 hasta 1995, cubrió dos de los principales hitos de la historia reciente del país: la liberación de Mandela, en 1990, y su llegada al poder por vías democráticas cinco años después. Se entrevistó en varias ocasiones con el político, quien declaró que Carlin es “un periodista de coraje”.
“Mandela es un gran conquistador”, resumió Carlin, quien califica el líder de “santo secular”. “Todos caen rendidos ante su combinación de integridad y encanto”, matizó, poniendo de ejemplo a personas como el ministro de Justicia del Apartheid, el jefe de los Servicios de Inteligencia y el líder de la extrema derecha, considerados algunos de “los peores enemigos” del líder africano, que hoy en día hablan de él “como si hablasen de sus padres”.
EASTWOOD Y LOS RODAJES
Carlin explicó que su participación en el filme se dio a través de algunos encuentros con el guionista de 'Invictus', Anthony Peckham, y que conoció a Clint Eastwood en uno de los rodajes. “Tuvieron la amabilidad de invitar a mí y a mi hijo”, reveló.
“Clint me pareció un hombre elegante y simpático, que controlaba con serenidad y buen humor el rodaje, con mucha sensibilidad respecto a Mandela”, declaró, añadiendo que le produce “muchísima sorpresa” la idea de que Eastwood “es un cabrón”, en una referencia a la biografía del director recién publicada, que lo retrata como un “machista” y “tacaño”. Rodado todo en Sudáfrica (en 'sets' reales como el Palacio Presidencial), la película contó con un reparto en gran parte integrado por actores y extras sudafricanos.
“Hoy Sudáfrica vive un momento muy distinto y no se puede comparar, en un plano político, la importancia de la Copa de 1995 y la del próximo Mundial de fútbol, por ejemplo. El país tiene otros problemas, pero no hay una amenaza a su democracia”, concluyó.