MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
La escritora Teresa Solana deambula entre la Memoria Histórica y la ficción policíaca en su último libro, 'Negras tormentas' (RBA). La autora se asoma al pasado anarquista de Barcelona con la novela negra como coartada y, por primera vez, a través de un personaje femenino como protagonista.
Norma Fosterer es una señora “peculiar”, de formación antropóloga que decide ser investigadora de homicidios, según ha explicado este viernes Solana durante la presentación. Su familia también es singular: está casada con un médico forense; tiene una hija okupa que en realidad es sobrina de su marido; su madre es una hippy y su abuela se casó con un brigadista inglés.
Ella y el sargento Alonso deben investigar el asesinato de un catedrático de Historia Contemporánea que está vinculado con una conocida familia catalana. A través de sus investigaciones y de su propia historia, la autora hace un retrato del concepto de familia y cómo han cambiado las relaciones que se tejen hoy en día.
Esta novela lleva insertado en su trama un homenaje a los anarquistas y a los brigadistas internacionales que llegaron a Barcelona durante la Guerra Civil, ya que la autora decidió hablar acerca de la Memoria Histórica cuando comenzó a tomar forma. “Quería reflexionar sobre el peso que aún tiene la Guerra Civil en nuestro presente y la manera en que eso se encara en la sociedad”, explica.
Norma es, según explica Solana, el “paradigma” de la mujer que viene de un entorno “burgués progresista y de izquierdas”, pero de una burguesía de clase media alta que entronca con la Barcelona ilustrada, algo “atípico” para una subinspectora, que a la autora le interesaba mostrar.
Hasta este momento, la escritora no había creado ningún protagonista femenino, porque “antes implicaba contar más cosas”, relacionadas con las dificultades de la mujer en un mundo de hombres. Ahora, sin embargo, ya existe un “paralelismo” con la realidad, y además le permite contar cosas que le interesaban desde la perspectiva de una mujer.
“HOSTILIDAD” A LA LITERATURA CATALANA
En cuanto al asunto de la “hostilidad” que existe en el resto de España respecto a la literatura catalana, la escritora ha indicado que “no hay que echarle la culpa al lector de esto”. “Hay un prejuicio hacia la literatura que se hace en otros lugares por considerarlo de inferior calidad, hay que intentar evitarlo”, añade.
En su caso, Solana se ha permitido la licencia de introducir alguna “catalanada” adrede, como ella señala, para mostrar cómo el español que se habla en Barcelona “está impregnado” del catalán. El escritor Lorenzo Silva ha señalado, durante la presentación, que hay muchos libros “mal traducidos”, “con catalanismos y catalanadas”. Sin embargo, “este libro está reescrito en castellano”, destaca.
Para acercarse a la realidad, Solana tuvo que acercarse a los Mossos d'Esquadra y observar su manera de actuar. Según ha destacado Silva durante la presentación, en su literatura se observa que las novelas están “trabajadas y estudiadas” y subraya que los aspectos jurídicos están “perfectamente cuidados”.
La autora confiesa que para ella el género negro tiene una ventaja: “poniendo un muerto sobre la mesa te permite contar otras cosas”. Según indica, no está interesada en la sangre o en el asesinato en sí, pero las investigaciones mueven “muchos hilos” para descubrir la verdad. “Es lo que yo hago”, añade.