El grupo Barceló prevé reabrir el Hotel Santa Catalina con categoría de cinco estrellas y gran lujo en 2019, tras efectuar en nueve meses, a partir de la primavera, una reforma profunda del emblemático edificio, que quiere convertir en “embajador” de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.
El director regional de Barceló Hotels & Resorts en Canarias, Ángel Esquinas, ha explicado los detalles de la reforma que se llevará a cabo en este hotel, después de firmar la directora de expansión del grupo, Pilar Parejo, el contrato de arrendamiento del establecimiento por 35 años con el concejal de Turismo, Pedro Quevedo (NC).
El proyecto de reforma se debe consensuar en los próximos meses con el Ayuntamiento, con el que también se tratará de llegar a un acuerdo para conseguir en el futuro la concesión del restaurante La Casita, renovar las instalaciones del Club de Tenis y mejorar el entorno de las piscinas municipales de Julio Navarro, ha indicado Esquinas.
Para todo ello, el grupo invertirá en un plazo de tres años 24,5 millones de euros, que espera recuperar en un periodo de 12 años y medio, y dotará al Ayuntamiento de una renta anual de 600.000 euros, según la propuesta efectuada por la cadena, que fue la que mejor puntuación obtuvo en el concurso público de arrendamiento convocado el pasado mes de julio.
Entre las novedades que presentará es que pasará a llamarse Santa Catalina Royal Hideaway Hotel, contará de la “máxima calidad” con nuevos servicios y espacios abiertos a su jardín principal y al parque de Doramas.
Además, el complejo hotelero buscará abrirse socialmente a la ciudad con la creación de un club de pensamiento, similar al Club Siglo XXI.
Las 209 habitaciones actuales se reducirán a 194 para ganar amplitud y todas ellas serán modernizadas, pero conservarán el estilo clásico de su mobiliario, que se empleará en la medida de lo posible, según ha detallado Esquinas, quien ha adelantado también que la azotea del hotel se convertirá en un “coctelería de lujo” para aprovechar las vistas que ofrece de la ciudad.
En la propuesta de reforma, el bar Carabela del hotel se convertirá en un restaurante a la carta con biblioteca que, además, acogerá al futuro Club Santa Catalina, si bien el hotel tendrá un buffet y de forma periódica contratará a cocineros premiados con estrellas Michelín.
El grupo quiere que en el hotel estén presentes los artistas de referencias de las Islas, por lo que adquirirá obras de arte de los más representativos, ha adelantado Esquinas.
Para su integración en el parque de Doramas, ha explicado que recuperará los accesos que en su día tuvieron a este espacio los dos patios interiores ahora cerrados y, a su vez, para recuperar el protagonismo de la fachada el acceso rodado al hotel será limitado.
La firma de este contrato ha sido calificada como “histórica” por el alcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo (PSOE), quien ha asistido a la rúbrica junto con el edil de Urbanismo, Javier Doreste (Las Palmas de Gran Canaria Puede), dada su importancia, pues responde a un compromiso adquirido por las tres fuerzas que gobiernan el municipio.
Hidalgo ha subrayado que desde la corporación están convencidos de que el grupo Barceló relanzará el hotel y volverá a recuperar el esplendor que tuvo en su día, ya que la ciudad vive un “nuevo boom de turismo urbano y de mejor calidad”, con una demanda superior a la oferta alojativa.
El regidor ha recalcado, además, que el proceso de adjudicación del hotel ha sido “impoluto” y ha hecho hincapié en que la renta anual que percibirá el Ayuntamiento se invertirá en la recuperación y mantenimiento del Museo Néstor, el Pueblo Canario y el resto del entorno diseñado, al igual que el establecimiento hotelero, por el arquitecto Miguel Martín-Fernández de la Torre.