Empresarios y directores de hoteles de Las Palmas de Gran Canaria han sentado las bases para la constitución de una asociación independiente que tenga “voz propia y voto con valor” en la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT). A la última reunión, celebrada la pasada semana en el hotel Cristina, acudieron más de una decena de representantes de establecimientos que acordaron iniciar el proceso y elaborar los estatutos con el objetivo de potenciar su presencia en la patronal turística.
Ignacio Pérez, propietario del hotel Igramar Canteras, explica que en la actualidad la representación en la FEHT de los hoteleros de la capital está diluida con respecto a los del sur de Gran Canaria. “Hemos notado que nuestro peso tanto en el sector turístico de la isla como en la participación en la federación es muy reducido”, precisa. De hecho, los empresarios de Las Palmas de Gran Canaria que están presentes en el órgano de decisión de la patronal turística no tienen derecho a voto.
Según Pérez, la nueva asociación pretende tener “capacidad de acción independiente” para poder dirigirse a los representantes turísticos e institucionales en busca de recursos comerciales, pero también participar en las campañas de promoción de la ciudad y “resolver los problemas del empresariado y de los turistas” a través de propuestas de mejora que impulsen a la capital grancanaria y le hagan recuperar el fulgor de antaño.
Entre los problemas que afectan a los establecimientos de la ciudad, el propietario de Igramar cita la inseguridad de algunas zonas; carencias de iluminación, limpieza, señalética e información sobre servicios básicos; la lejanía de la guagua turística con respecto a los hoteles, y la ausencia de proyectos nuevos que atraigan turistas. “Son los clientes quienes nos dicen los servicios que echan en falta en la ciudad”, afirma.
Sin embargo, Pérez sostiene que el principal inconveniente al que se enfrenta la capital es la escasez de vuelos regulares a Gran Canaria. “La mayoría son chárter. Después de la quiebra de Spanair, los vuelos han dejado de ser con la periodicidad, la comodidad y los precios que desearíamos”, puntualiza el hotelero, que recalca que el coste del viaje urbano es “muy grande” en comparación con el viaje vacacional (propio de lugares como el sur de Gran Canaria).
El empresario incide en que la hostelería vacacional tiene periodos de estancia más altos que la de ciudad, de los 10 a 15 días del primero a los 2 o 3 del segundo, por lo que el esfuerzo para cubrir las plazas y los costes laborales son muy superiores. “La estancia se puede ampliar si cambiamos los motivos de trabajo por los de ocio, si ofrecemos un repertorio de atractivos, entre los que puede estar el nuevo acuario”, apostilla.
En la temporada de invierno, la más alta en Gran Canaria, la ocupación en la capital ha superado el 70%. Según los datos sobre entrada de viajeros y gasto turístico elaborado por el Instituto de Estadística de Canarias (ISTAC), en 2013 visitaron la ciudad 850.000 pesonas.
Con respecto a las tarifas de ocupación, Pérez señala que, al negociarse los contratos con un año de antelación, los precios “no están acordes a la demanda”que existe en estos momentos, lo que también está influyendo en la rentabilidad.
“Queremos una mejora para la capital, definir las necesidades globales con la federación y con el Ayuntamiento”, concluye Pérez, quien plantea la necesidad de compartir una mesa de trabajo para debatir estas cuestiones.