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El mercado del plátano colapsa en agosto: Canarias vuelve a retirar fruta por segunda semana consecutiva

Un agricultor canario transporta una piña de plátanos.

Román Delgado

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El casi único mercado del plátano de Canarias en la Unión Europea (UE), el español de la Península y Baleares, con algo en Portugal, ha colapsado estas semanas, y no es la primera vez que esto ocurre en un mes de agosto.

Sin duda, no se trata de lo peor, quizá por esperado o habitual, pues el drama principal, casi todo el mundo coincide en esto, no va a ser tanto el ya descrito desde el inicio de este agosto como la incertidumbre manifiesta de no saber cuánto durará la sangría de precios o cuándo esta se podrá revertir para retomar una línea con formación de cotizaciones en verde remunerativas para el cosechero canario. Aquí, el dilema…

Por ahora, y está confirmado por distintos operadores del plátano en las islas (algunos de los que han recibido la notificación semanal de Asprocan), en torno al 25% de la marca de corte de la semana 33 (con un total de 7,6 millones de kilos), la del 12 al 18 de agosto del presente (con el 15, jueves, festivo en todo el país), será fruta que se quede en tierra: se inutilizará o se retirará del mercado para solo proceder a un envío máximo previsto de 5,5 millones de kilos en la reseñada semana. 

Dentro de ese 25%, hay unos 800.000 kilos de pica obligatoria, casi 400.000 de la llamada voluntaria y en torno a un millón de kilos de fruta que se ha decidido retener en las fincas; por lo tanto, algo más de dos millones de kilos. Los kilos que se pican sí computan para recibir la ayuda directa al plátano del programa Posei, de 0,30 euros por kilo para una producción anual de 420.000 millones de kilos.

La llamada pica en la jerga platanera local es fruta que no se comercializa para evitar la sobreoferta en el mercado de exportación, Península, y así eludir los costes de envío cuando está confirmado que no hay precio fuera o este no es suficientemente remunerativo para el agricultor. Esa fruta se destruye, se utiliza para alimentar al ganado, se gestiona como residuo no peligroso (en complejos ambientales o a través de gestores autorizados), se deja en las fincas (retención) o se destina a labores de beneficencia, sobre todo con entregas al Banco de Alimentos.

Esta semana 33 es la segunda consecutiva con pica en las islas, y no se prevé que sea la última, con un volumen ya retirado en 15 días, dos semanas, de más de tres millones de kilos. En 2023, la pica reconocida por Asprocan fue de 26 millones de kilos, un año para olvidar por ser la ruina de una gran mayoría de plataneros isleños. Nadie desea que esta última parte de 2024 se convierta en su prolongación, aunque es verdad que ya muchos lo temen.

Nadie aún lo puede saber con certeza, pero muchos analistas y agricultores con experiencia en esta actividad agrícola de exportación ya señalan que igual hay que contar con que difícilmente sea posible recuperar el mercado de forma óptima en los cuatro meses que quedan de este año.

La base principal de ese argumento es, una vez más, el exceso de oferta de plátano que se espera cortar en adelante (no solo producido por las altas temperaturas), con una demanda exterior incapaz de absorberla, con los consecuentes precios a la baja y teniendo que competir con la banana, la fruta importada desde países latinoamericanos y africanos.

En la actualidad, no hay demanda de plátano canario en Península o esta se halla en la mínima expresión, pero, pese a ello, la oferta de fruta local crece y crece y los precios cotizados en verde ya son una tortura para el agricultor local. Aquí un ejemplo: de la semana 30 de este año a la 31, la del 29 de julio al 4 de agosto (según registros oficiales del Ministerio de Agricultura), el precio promedio que recibirá el productor isleño caerá en algo más de 50 céntimos por kilo, con aterrizaje en un umbral de cotización solo algo superior a los 40 céntimos. Este valor son pérdidas seguras para el agricultor local, con costes de producción en torno a los 0,70 euros por kilo.

Ante esta coyuntura de crisis de precios y paupérrima demanda, la Consejería de Agricultura, pese a contar con el apoyo unánime de los grupos políticos presentes en el Parlamento de Canarias, de las organizaciones profesionales agrarias y de al menos dos organizaciones de productores de plátanos (OPP) de las seis que conforman la entidad Asprocan, sigue sin adoptar las medidas de consenso aprobadas en la Comisión de Agricultura de la Cámara regional a través de una proposición no de ley (PNL). 

Ya son ocho meses los que lleva el consejero Narvay Quintero sin hacer nada para corregir los desfases actuales en la oferta de fruta y para lograr la preservación sin recortes o prorrateos, con el reparto más equitativo posible, de la ayuda directa al plátano del programa Posei, financiada al 100% por la UE, para los kilos que son comercializados (se incluyen los de la pica) y con una ficha financiera de 141,1 millones de euros.

Narvay Quintero, ¿atado de brazos y piernas?

El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero (de AHI), pese a mostrarse convencido de tener que regular a toda prisa las condiciones del cultivo estrella en las islas desde finales de 2023, tras la honda pérdida de renta que se produjo ese año, aún no ha hecho ni conseguido nada, en cuya demora seguro que tiene mucho que ver el pulso político de CC en La Palma contra sus intenciones, sobre todo a través de su compañera en el Gobierno de Canarias Nieves Lady Barreto. 

Esta consejera autonómica y secretaria general de CC en la Isla Bonita, junto con la ejecutiva dominante en Asprocan, encabezada por Domingo Martín y respaldada por al menos cuatro de seis OPP, es la principal piedra en el zapato de Quintero.

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