La Comisión de Seguimiento del Régimen Específico de Abastecimiento (REA), un sistema comunitario de apoyo a la importación desde las islas que está integrado en el programa Posei, aprobó el viernes 13 de julio pasado su propuesta de nueva tabla de productos (balances de aprovisionamiento), cantidades (cupos) y ayudas unitarias (por kilos o litros) que formarán parte de ese instrumento el año próximo, en 2019.
La nueva relación, que es la que ahora asumirá el Gobierno de Canarias en un Consejo próximo y luego debe pasar por Madrid y Bruselas (la Comisión Europea la tiene que aprobar de manera definitiva, antes de que se aplique), no ha dejado contentas a muchas de las partes beneficiarias del REA, pero sobre todo ha significado un duro varapalo para la organización Asaga Canarias, liderada por Ángela Delgado y la entidad agraria que más insistió en que no se redujeran las ayudas unitarias de los balances de aprovisionamiento de uso ganadero.
Esto al final no lo consiguió, principalmente en el caso del balance de cereales para la fabricación de piensos, que ve reducida su ayuda por tonelada desde los 100 euros de 2018 hasta los 92 del año próximo (-8). Algo parecido ha ocurrido con la paja, que también recorta su subsidio por 1.000 kilos desde los 72 actuales hasta los 65 (-7). Si nadie lo remedia (que es poco probable que así ocurra), esta ayuda se aplicará en 2019.
La propuesta final canaria, la ratificada el viernes y que ahora se aprobará en Consejo de Gobierno, da al sector ganadero local y a la industria isleña de piensos 1,3 millones de euros más al año, lo que tiene contentos a estos agentes si no fuera por la reducción de las ayudas unitarias en cereales para piensos y paja y por que al final el aumento global del presupuesto para los tres balances con insumos ganaderos en vez de elevarse de forma anual en 3,2 millones de euros, la cantidad que más aparecía en los papeles del sector agropecuario local, solo llega a 1,3 millones, lo que significa que se logra una tercera parte de la aspiración presupuestaria más extendida.
Esos tres balances de aprovisionamiento, el de paja (1), alfalfa y raigrás (2), y cereales para la elaboración de piensos (3), todos ellos consumidos en tiempo récord en este 2018, en el mes de mayo y con denuncia del acaparamiento realizado por parte de algunos importadores (intermediarios y las propias industrias), crecen en cantidades el año próximo, una de las demandas del sector agrario local, y lo hacen de la siguiente manera: la paja pasa de 33.000 toneladas a 37.000, con caída de la ayuda por 1.000 kilos de 72 euros a 65 (ello significa que esta ficha financiera crece en 29.000 euros en 2019); la alfalfa y el raigrás, que es el único balance que mantiene la ayuda de 2018, en 72 euros por tonelada, y además eleva su cupo, con lo que pasa de 53.000 toneladas a 63.000 (esto es posible por al alza del presupuesto en 0,72 millones de euros), y los cereales para hacer piensos, que también mejoran en cupo pero que pierden ayuda unitaria: el balance pasa de 220.000 toneladas a 245.000 y el subsidio por 1.000 kilos transita de 100 euros a 92 (la ficha crece en 0,54 millones de euros).
Todo el mundo dice con la boca chica que el umbral de ayuda de 100 euros para los cereales permitía cubrir el coste del transporte de tales mercancías con creces, incluso teniendo superávit. Pese a ello, lo que Asaga-Canarias defendió con más ahínco fue que esa ayuda se mantuviera en los 100 euros por tonelada. Quizá lo hizo por los intereses que algunos de sus integrantes tienen en la industria elaboradora de piensos en Canarias. Un ejemplo es la firma Cereales Archipiélago, la antigua fábrica de piensos de la Cooperativa del Campo La Candelaria, en La Laguna.
De forma global, hay que destacar que esos tres balances de aprovisionamiento, si todo sale según lo previsto (que así será), tendrán el año próximo 1,3 millones de euros más, y también cupos más elevados. La demanda del sector productor agrario de las islas en este caso no se saldó con sobresaliente por los reseñados recortes en las ayudas de cereales y paja, que si no...
Aparte de esta cuestión, que, como ya se ha dicho, no deja contentas a todas las partes (ganaderos locales, industria canaria de piensos, importadores de productos para consumo directo e importadores de otras materias primas industriales), se debe destacar que los fondos públicos de la Unión Europea (UE) que llegan a los balances de uso ganadero se han quitado de otros artículos que compiten con las producciones locales, sobre todo de balances de leche y nata de consumo directo, de quesos amarillos y de pollo congelado. En estos tres casos, el dinero público se obtiene disminuyendo las ayudas que perciben y manteniendo iguales los cupos, con la excepción de las cantidades de pollo congelado, que se elevan en 2019.
Los ajustes en ayudas y cantidades de muchos de los balances de aprovisionamiento han dado lugar a una propuesta integral de REA para el año 2019 con un presupuesto global de 62,091 millones de euros, frente a los 63,12 de 2018. Ello quiere decir que en 2019 ese millón sobrante pasará a financiar la otra pata del programa Posei: la que articula las medidas de apoyo directo a la producción local.