En el conjunto del Estado español el nacionalismo periférico se expresa fundamentalmente en cinco comunidades autónomas. Las tres históricas –Cataluña, Euskadi y Galicia-, Navarra y Canarias, que no llegó a disponer de Estatuto de Autonomía durante la IIª República porque lo impidió el golpe de Estado del 36 y las posteriores guerra civil y prolongada dictadura.
Pero también se manifiesta en menor medida en las Islas Baleares y, de forma reciente y aún relativamente pequeña, en la Comunidad de Valencia. Nos centraremos aquí en los parecidos y diferencias entre las siete comunidades autónomas citadas.
En el caso de las comunidades históricas cuentan con lengua autóctona, cooficial junto a la española. Y un sistema fiscal propio, el Concierto Económico, en el País Vasco (como también sucede en Navarra, amparado en su régimen foral); algo que, de manera diferenciada, con su Régimen Económico y Fiscal (REF), también tiene Canarias.
Navarra tiene una parte de población que habla euskera y en Valencia y Baleares se hablan formas propias del catalán.
Sus modelos económicos son, asimismo, muy diferentes, así como sus niveles de desarrollo, donde País Vasco, Navarra y Cataluña se encuentran entre las comunidades más avanzadas del Estado español. Canarias y Baleares comparten la predominancia del sector turístico.
Así lo muestran su PIB y su PIB per cápita:
El PIB español en 2014 fue superior al billón de euros, con 22.780 euros por habitante. Canarias, Comunidad de Valencia y Galicia se sitúan por debajo, mientras que Cataluña, Baleares y País Vasco lo superan con creces, solo por detrás de Madrid (31.004 euros per cápita) y en niveles parecidos a Navarra (28.124).
También son muy diferentes sus niveles de desempleo. Todos por debajo de la media española, salvo Comunidad de Valencia (23,78%) y Canarias que se sitúa siete puntos por encima del 21,18% estatal. Por el contrario, Navarra tiene la tasa más baja de paro del Estado (13,57%).
El PIB español en 2014 fue superior al billón de euros, con 22.780 euros por habitante. Canarias, Comunidad de Valencia y Galicia se sitúan por debajo, mientras que Cataluña, Baleares y País Vasco lo superan con creces, solo por detrás de Madrid (31.004 euros per cápita) y en niveles parecidos a Navarra (28.124).
También son muy diferentes sus niveles de desempleo. Todos por debajo de la media española, salvo Comunidad de Valencia (23,78%) y Canarias que se sitúa siete puntos por encima del 21,18% estatal. Por el contrario, Navarra tiene la tasa más baja de paro del Estado (13,57%).
Y, asimismo, las siete comunidades se parecen poco en cuanto a tasas de abandono escolar temprano, en las que solo el País Vasco y Navarra presentan parámetros europeos.
Razones culturales
¿Y sus nacionalismos? Muy distintos, por razones históricas, culturales y económicas. Con mayor o menor peso en el tejido social. Con diferentes expresiones políticas, desde el centenario PNV a organizaciones nacidas con la democracia u otras de más reciente formación.
Así como distinto peso electoral y de presencia en el Gobierno de sus respectivas comunidades. El PNV ha presidido Ajuria Enea en todo el período autonómico, salvo el paréntesis del Ejecutivo socialista del lehendakari Patxi López (2009-2012).
La extinta CiU –rota con el proceso soberanista tras el desgaje de su sector democristiano, la Unió de Duran i Lleida- ha hecho lo mismo durante el largo período pujoliano hasta la llegada del tripartito del honorable Pascual Maragall; y el nacionalismo volvió al poder de la mano de Artur Mas, primero con CIU en solitario y luego con su alianza con ERC. Y ahora tiene la mayoría absoluta en el Parlament con la suma de JxS y la CUP.
En Canarias, CC gobierna desde 1993, con apoyos del PP (dentro o fuera del Ejecutivo) durante varias legislaturas y, desde 2011, con ejecutivos en pacto con el PSC-PSOE. Pero su electorado se marcha (hasta en un 40%) a opciones estatales cuando llegan las elecciones generales, mientras que vascos y catalanes retienen a más del 90% de su electorado.
En las últimas autonómicas CC logró el 17,99% de los votos (muy alejado del 37,50% de los comicios de 1999, su mejor registro, confirmando un declive que se acentúa elección tras elección) frente al 10,05% de Nueva Canarias, que representa el nacionalismo progresista.
Mientras que en Galicia, el continuado dominio electoral del PP solo ha permitido al nacionalismo, entonces representado por el BNG, gobernar como socio del PSG-PSOE, en el Ejecutivo que presidió Emilio Pérez Touriño (2005-2009).
En Navarra ha ido creciendo el nacionalismo y ahora forma parte importante del Gobierno que preside Uxue Barkos. En Baleares tiene también cierto peso político electoral, mientras que en la Comunidad de Valencia su mayor éxito es reciente, con el relevante ascenso de Compromís, que asegura integrar “el valencianismo progresista, la izquierda moderna y el ecologismo”.
Identidad
En los barómetros postelectorales del CIS, publicados tras las elecciones autonómicas de mayo (el de Canarias) y tras los últimos procesos electorales en Galicia, Euskadi y Cataluña (este último, correspondiente a los comicios del 27 de septiembre, publicado el 3 de diciembre)- se analiza la posición ante la identidad nacional de los electores de estas comunidades.
Las diferencias son muy notables. Con un nacionalismo muy fuerte en Cataluña, País Vasco y Navarra, mientras que Canarias quedaría en una zona intermedia. Galicia, Baleares y Valencia se situarían en la parte baja de la tabla.
La posición más identitaria (se siente sólo de la comunidad o más de la comunidad autónoma que español) es muy elevada en Cataluña (47%), por delante de Euskadi (46,9%). Alta en Navarra (39,7%), por encima de Canarias, donde más de un tercio así lo manifiesta. Más baja en Baleares (22,3%), Galicia (18,5%) y Comunidad de Valencia (7,4%).
Se sienten solo de su comunidad el 23,6% de los catalanes, el 23,4% de los vascos, el 18,1% de los navarros, el 13,6% de los canarios y el 8,9% de los baleares; y solo el 1,9% de los gallegos y el 1,7% de los valencianos.
Canarias duplica las cifras de Cataluña en los que se consideran solo españoles, 12 frente a 5,9%, muy por encima de las tasas de Euskadi (4,2%) y Galicia (2%). Pero queda muy lejos de Baleares o Valencia, comunidades en las que dos de cada diez ciudadanos se sienten solo españoles.
En Galicia, tres de cada cuatro encuestados manifiestan sentirse tan gallegos como españoles. Lo mismo que expresan la mitad de los canarios y un tercio de catalanes y vascos.
Autonomía
Otro tanto sucede cuando se pregunta por el mayor grado de autonomía que defienden para su comunidad autónoma.
Así, la exigencia de mayor nivel de autonomía es apoyada por solo uno de cada diez gallegos. Los votantes canarios lo hacen en un 22,2%, por detrás de catalanes (26,1%) y vascos (29%). Pero por delante de navarros (22,1%), baleares (20%) y valencianos (10,3%).
Respecto a la posibilidad de acceder a la independencia son similares los registros de Canarias (3,3%), Galicia (2,7%) y Valencia (1,7%), muy alejados de Baleares (8,1%), Navarra (15,8%), Euskadi (25,7%) y Cataluña (41,4%).
En la otra banda, los que reclaman centralismo puro y duro o menor grado de autogobierno, Galicia gana (26,6%), por encima de Valencia (24,3%), Baleares (16,6%), Canarias (15,8%), Cataluña (12%), Navarra (4,4%) y País Vasco (3,9%).