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“El que varen dos cachalotes pigmeos en tres semanas es sumamente raro”

Localizado el cadáver de un cetáceo en Costa Calma.

Macame Mesa

Las Palmas de Gran Canaria —

La investigadora y profesora de Biología Marina en la Universidad de La Laguna (ULL) Natacha Aguilar ha afirmado que la aparición de dos cachalotes pigmeos muertos en la costa de Fuerteventura en solo tres semanas resulta “sospechosa”, porque la media anual recogida por la Red Canaria de Varamientos de Cetáceos es que se produzcan tres sucesos de este tipo al año con esta especie en el Archipiélago.

Si bien es cierto que el hecho puede no estar relacionado con las prospecciones que la compañía Repsol realiza frente a las costas de la isla majorera y de Lanzarote, tampoco se puede afirmar que la actividad de la petrolera no haya interferido, remarca Aguilar. En ese sentido explica que, aunque el primer cachalote que fue avistado sufría una enfermedad grave que se asumió como la causa del fallecimiento “esto no quiere decir que no esté relacionado con los sondeos, porque cuando hay un factor de estrés los animales que están más débiles quizás sean los más afectados”.

“Esto no lo sabemos, pero tampoco lo podemos descartar” remarca la investigadora, que considera que la petrolera, que incluso llegó a amenazar con estar atenta a las implicaciones legales de quienes relacionaran el varamiento con las prospecciones, “no puede decir que no esté relacionado al 100%, igual que nosotros tampoco podemos decir que lo esté”, porque “las dos cosas carecen de datos suficientes”.

“Podemos decir que el que varen dos cachalotes pigmeos en tres semanas es sumamente raro y, de hecho, en mi conocimiento, no se había registrado hasta la actualidad”, insiste la profesora, que recuerda que faltan por conocer los resultados de la necropsia que se practica al último de los cetáceos encontrados.

El estudio universitario, en proceso

Aguilar formará parte del equipo de científicos de las dos universidades públicas canarias que investigará los efectos medioambientales de las prospecciones de Repsol. Una iniciativa que contara con medios materiales del Gobierno canario, según anunció recientemente el presidente regional, Paulino Rivero, tras reunirse con los rectores de ambas instituciones, José Regidor y Eduardo Doménech.

Los trabajos son necesarios debido a que, según denuncia Aguilar, la información emitida por la multinacional a las entidades de investigación canarias ha sido, hasta la fecha, sesgada y en muchos casos deficitaria, por lo que resulta imprescindible contar con datos de primera mano para poder juzgar lo que está pasando.

Los expertos estiman comenzar a trabajar en enero, aunque de momento se encuentran ultimando el estudio, cuyo proyecto previsiblemente presentarán a la Administración canaria la próxima semana, para que ésta a su vez lo evalúe y posteriormente apruebe.

En la actualidad, los únicos datos sobre la posible afección marina de los sondeos los están recabando los expertos contratados por la compañía petrolera, que cuenta con sus propios sistemas de vigilancia. Sin embargo, Aguilar asegura que su departamento tiene constancia de que el barco que tendría que estar continuamente monitoreando la presencia de cetáceos visual y acústicamente desapareció de la zona durante, al menos, un día.

“Es decir, que no hay un control de hasta qué punto Repsol está cumpliendo el monitoreo ambiental”, advierte.

El estudio que proyectan la ULL y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) se compone de varias partes. Una de ellas es la acústica y se centra en las emisiones sonoras que realiza el buque contratado por la petrolera, que se dividen en la perforación del suelo; el perfilador sísmico – que emite pulsos de gran intensidad a baja frecuencia que penetra en el lecho marino – que “es el sistema de más potencia que está utilizando Repsol y, sin embargo no ha sido tenido en cuenta en su declaración de impacto ambiental, por lo que se trata de una de las ilegalidades en las que está incurriendo la compañía”; el sistema de posicionamiento del barco y otros sónares.

Aguilar insiste en la importancia del estudio acústico debido a que este ámbito aglutina gran parte de las “irregularidades” detectadas en el estudio de la petrolera. Por otro lado, se observarán las comunidades y se llevará a cabo un monitoreo de las especies que pasan por la zona (tanto de los cetáceos como aves y tortugas), además de visualizar las condiciones de oceanografía, ya que en el informe de Repsol “había grandes deficiencias en cuanto a la caracterización de las corrientes marinas en la zona, lo que infravaloraba la posibilidad de que un posible derrame llegara a Canarias”.

La científica insiste en que estas ideas son las que se van a proponer, lo que no quiere decir que todas vayan a ser aceptadas por el Gobierno canario. Asimismo, asegura que la mayor parte de las pruebas se pueden llevar a cabo respetando la exclusión marítima de una milla náutica que rodea al Rowan Renaissance, mientras que otras tendrían que esperar a que terminaran las prospecciones.

Sin embargo, afirma que la verdadera afección de los sondeos al entorno “no es sencilla de reconocer” y hace falta contar con datos desde el antes, el durante y el después de la actividad. Pero reconoce que existen carencias en cuanto al almacenamiento de información acústica en el período anterior a los sondeos.

Afección a la pesca

Preguntada por la disminución de la pesca en Namibia tras las prospecciones del Rowan Renaissance, Aguilar señala que los datos aportados en este caso son difíciles de interpretar, porque “puede que hubiera otros factores”, aunque dice tener conocimiento de estudios más especializados en los efectos de las actividades sísmicas en la pesca y “en un caso se registraron, de las especies estudiadas, entre un 40% y un 70% de reducciones de la abundancia y de las capturas”.

“Quizá no se registre en la costa, depende de las pesquerías que se realicen allí, pero que hay impacto sobre la pesca se ha registrado en muchos sitios del mundo. Lo que ocurre es que, lo que no podemos saber es si va a ocurrir en las pesquerías que se encuentran cerca de la costa, que son las más monitoreadas”, concluye.

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