Ahmadineyad, Lula y Erdogan firman el acuerdo para el procesamiento del uranio iraní en Turquía

TEHERÁN, 17 (Reuters/EP)

El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, su homólogo brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, y el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, firmaron este lunes un acuerdo para el intercambio de 1.200 kilogramos de uranio poco enriquecido iraní (LEU, por sus siglas en inglés) por uranio altamente enriquecido que será utilizado combustible nuclear un reactor de investigación médica de Teherán.

El canje se producirá en Turquía, según informó ante los periodistas el portavoz del Ministerio iraní de Asuntos, Ramin Mehmanparast, poco después de la firma del acuerdo. El envío del uranio poco enriquecido a Turquía tendrá lugar dentro de un mes y estará supervisado por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), precisó el portavoz, citado por la cadena estatal de televisión Press TV.

En sus primeras declaraciones tras la firma del acuerdo, Mahmud Ahmadineyad propuso a las grandes potencias mundiales la reanudación de las negociaciones sobre su programa nuclear. “Ha llegado el momento de que los países del 5+1 inicien conversaciones con Irán basadas en la honestidad, la justicia y el respeto mutuo”, declaró.

El grupo 5+1 reúne a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas --Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido-- y a Alemania. Estados Unidos, que ha liderado la postura occidental en favor de la imposición de nuevas sanciones, no se ha pronunciado de momento sobre el acuerdo de este lunes.

Turquía y Brasil, dos miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, habían ofrecido su mediación para salir del actual callejón sin salida en que se encuentra el asunto y como última oportunidad para evitar las sanciones. Las negociaciones entre los tres mandatarios tuvieron lugar en Teherán.

El ministro turco de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu, declaró a la prensa en Teherán poco después de la firma que “el acuerdo de intercambio demuestra que Teherán desea abrir una vía constructiva” y, por tanto, “ya no hay motivos para nuevas sanciones ni presiones”.

Irán, que ha rechazado las acusaciones occidentales sobre el propósito armamentístico de su programa nuclear, había insistido anteriormente en que el intercambio debería tener lugar en su propio territorio.