El ministro de Zonas Ocupadas y Emigración de la República Arabe Saharaui Democrática, Jalil Sidi Emmamed, cree que 2007 no será un año normal para este territorio porque la paciencia de los saharauis “se ha agotado” y está “a las puertas de una explosión que llevaría al fin de la ocupación”.
Jalil Sidi Emmamed afirma que la situación actual del Sáhara Occidental es similar a la de 1974, antes de la descolonización por parte de España, a cuyo Gobierno pide que reflexione sobre su postura “de doble rasero”, pues defiende al pueblo iraquí mientras “no quiere ver el derecho a la autodeterminación del saharaui”.
Emmamed critica esta contradicción y el hecho de que 30 años de apoyo español a Marruecos no han cambiado la política en la región a pesar de que España cree que puede salvar de esta manera sus intereses, lo que el ministro saharaui cree “un error flagrante”.
En la misma situación que el colonialismo español se encuentra ahora la ocupación marroquí, que tampoco puede mantener el mismo estatus “por lo que algo tiene que cambiar” ya que, entre otras cuestiones, Rabat se enfrenta en el otoño de 2007 a unas elecciones en las que, si se desarrollasen en condiciones de democracia y transparencia, vencerían los islamistas, señala Emmamed.
También el próximo año habrá elecciones en Francia, que tradicionalmente ha apoyado la postura marroquí en este ámbito.
“Chirac y su entorno abandonarán la escena política francesa y cualquier Gobierno que surja tras las elecciones tendrá que tener otra visión” del conflicto saharaui, añade.
El ministro explica además que Naciones Unidas lleva quince años en las zonas ocupadas y, si bien ha paralizado “una guerra” entre el Sáhara y Marruecos, ha vuelto a aplazar el referéndum de autodeterminación, lo que a su juicio puede provocar “una explosión” y un cambio en la situación “que puede venir del Palacio Real marroquí”.
En su opinión, hay “un vacío” dentro del sistema político marroquí, del que afirma “que se está corroyendo”, al tiempo que la paciencia de los saharauis ha llegado “a su punto máximo” lo que se refleja incluso en que la resistencia “ya no se limita a la frontera del Sáhara que dejó España en 1975, sino que se ha extendido”.
España “cierra los ojos y desvía la vista”
En los territorios ocupados la población se opone “a las fuerzas de represión marroquí y empieza a haber muertos”, asegura Jalil Sidi Emmamed, quien señala que incluso organizaciones no gubernamentales y formaciones políticas de Marruecos se están solidarizando con los saharauis y han denunciado la ocupación marroquí.
Mientras, prosigue el ministro, a los saharauis “que no son torturados o desaparecen en los territorios ocupados se les empuja a morir en el mar y el Gobierno español no dice absolutamente nada”, opina Emmamed, quien cree que el problema de la inmigración contribuye a que España “mire para otro lado”.
“España se retira de Irak para no enfrentarse a una guerra mientras ve cómo se agravan los problemas que tiene al lado, y no queremos que se sitúe contra Marruecos sino que defienda el respeto a la legalidad internacional, lo que garantiza la seguridad para España, para Marruecos, para los saharauis y para el entorno”, advierte.
A su juicio, el problema del Sáhara es “un paso obligatorio” por parte de España en su relación con el Magreb y el mundo árabe pero la situación es “un poco difícil”, porque al no reconocer “de manera clara, directa y honesta” el derecho a la autodeterminación, el Gobierno español “entrega de manera discreta y dulce” al pueblo saharaui en manos de Marruecos.
Antes, según Jalil Sidi Emmamed, España estaba “de pie y firme” ante las instituciones internacionales para bloquear “las conspiraciones de Francia en favor de Marruecos”, pero ahora Madrid “cierra los ojos y desvía la vista”.
Sin embargo, el ministro recuerda que los saharauis formaban parte de España, por lo que los intereses son “comunes y entrelazados” y el Gobierno español sigue siendo “responsable” de la descolonización, a pesar de que en la Constitución o las leyes no figura un reconocimiento jurídico o administrativo para los habitantes de la antigua colonia española.
Por el contrario, a los saharauis residentes en España se les considera administrativamente “marroquíes, argelinos o mauritanos”, lamenta el ministro, quien anuncia la creación de un nuevo cargo del Frente Polisario para ocuparse de los inmigrantes de dicho territorio, y que tendrá una oficina permanente en Madrid.
La comunidad saharaui en España tiene la particularidad de que en su inmensa mayoría procede de los campos de refugiados pero últimamente también están llegando de las zonas ocupadas, comenta Jalil Sidi Emmamed, quien ha visitado varias comunidades autónomas para conocer la situación de los inmigrantes del Sahara en el país.