Boris Johnson, el primer ministro británico, anunció este sábado nuevas medidas para contener la propagación de la COVID-19 en Reino Unido. Entre estas restricciones que permanecerán en vigor como mínimo hasta el próximo 2 de diciembre, se encuentran la prohibición de pernoctar fuera de casa, los viajes internacionales y nacionales que no sean por motivos justificados, el cierre de bares y comercios no esenciales (a excepción de las entregas a domicilio). Por su parte, las administraciones de las regiones de Escocia, Gales e Irlanda del Norte podrán gestionar sus propias normas.
Algunas de las actividades permitidas son hacer ejercicio al aire libre con personas convivientes e ir a trabajar en los casos en los que no sea posible aplicar el teletrabajo.
A través de la red social Twitter, Johnson ha advertido de que el virus se está propagando en el país “incluso más rápido que en el peor de los casos previstos por los asesores científicos”. Asimismo, ha insistido en que si no se toman medidas de inmediato, “existe un riesgo real de privar a los pacientes que no son de COVID de la atención que necesitan”. “Desde el jueves hasta principios de diciembre, debéis quedaros en casa”, anunció.
Los espacios de cuidado de menores, los colegios, institutos y universidades permanecerán abiertas. “Las escuelas son los mejores lugares para que los niños estén”, señala el primer ministro.
La noticia reabre un escenario de incertidumbre en Canarias, preparada para recuperar la temporada turística de invierno. Esta misma semana, la aerolínea irlandesa Ryanair anunció que a partir de noviembre incorporaría un vuelo semanal desde Londres Stansted a Tenerife Sur en su calendario de invierno, como respuesta “a la fuerte demanda de los clientes británicos” tras la incorporación del Archipiélago a la lista de corredores seguros del Reino Unido.