WASHINGTON, 25 (Reuters/EP)
El Ejército de Estados Unidos niega haber revisado a la baja el número de muertes civiles en la guerra de Irak y haber ignorado los casos de abuso cometidos por las fuerzas iraquíes contra prisioneros, tal y como se apunta en los archivos de inteligencia desclasificados recientemente por la página 'Wikileaks'.
En dichos documentos, dados a conocer el viernes, se habla de una diferencia de 15.000 víctimas mortales entre los datos oficiales del Ejército estadounidense y las cifras reales.
El jefe del Estado Mayor del Ejército, George Casey, aseguró que los soldados entraban en las mezquitas para contar los cadáveres. “No recuerdo haber minimizado las bajas civiles”, señaló quien estuviera al mando de la operación militar en Irak entre 2004 y 2007.
El portavoz del Pentágono, coronel Dave Lapan, afirma que el Ejército nunca dijo que contara con un balance exacto de bajas civiles, y señala que las estimaciones hechas por organizaciones privadas también suelen variar.
“Durante los años ha resultado imposible para las distintas organizaciones (...) llegar a un acuerdo sobre una cifra específica”, declaró. Durante la contienda las fuerzas norteamericanas recogían en sus balances menos bajas civiles que la Policía o fuentes del hospital.
Respecto a los supuestos casos de abusos a prisioneros, Casey negó que los soldados estadounidenses los hubieran ignorado. “En todo momento nuestra política fue que donde los soldados americanos fueran sorprendidos abusando a un prisionero serían detenidos y se informaría inmediatamente a las cadenas de mando estadounidense e iraquí”, relató.
Las autoridades iraquíes ya han prometido investigar estos hechos, mientras que figuras como el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, insisten en la gravedad de las informaciones y piden igualmente investigar.
El viernes la página web 'Wikileaks' reveló cerca de 400.000 archivos clasificados sobre la guerra de Irak. Ya en julio había dado a conocer otros 70.000 documentos sobre el conflicto afgano.
Los investigadores apuntan a que el responsable de las filtraciones es Bradley Manning, analista de inteligencia militar de Estados Unidos en Irak. Este ya fue acusado y estuvo en prisión por mostrar en 2007 un vídeo sobre un ataque de helicóptero en el que murieron más de diez personas, entre ellas dos periodistas de la agencia Reuters.