AMÁN, 10 (Reuters/EP)
Los jordanos han votado en unas elecciones legislativas que han sido boicoteadas por la influyente Hermandad Musulmana y por algunas importantes figuras liberales como gesto de protesta por la ley electoral, que, a su juicio, socava la democracia.
A causa de ese boicot, menos de una séptima parte de los candidatos han hecho campaña como integrantes de un partido reconocido, y las formaciones reconocidas han presentado como candidatos a personas que ya ocupaban cargos públicos o a empresarios acaudalados, así que se prevé que el Parlamento acabe compuesto principalmente por diputados favorables al Gobierno.
Los resultados oficiales iniciales indican que han votado 1,27 millones de personas, es decir, un 53 por ciento del electorado, menos que en los últimos comicios (en 2007), cuando la participación alcanzó el 57 por ciento, lo cual refleja los efectos del boicot promovido por la rama política de la Hermandad Musulmana, el Frente de Acción Islámica.
Varios testigos informaron de algunos enfrentamientos entre partidarios de distintos candidatos en varios lugares del país y de la muerte de una persona en uno de ellos, en la ciudad de Karak, pero las autoridades aseguran que la votación se llevó a cabo pacíficamente. Se espera que los resultados se conozcan este miércoles.
El Gobierno había prometido que los comicios iban a ser libres y justos y que diplomáticos y observadores internacionales iban a poder supervisarlos. Además, ha advertido de que la oposición no puede criticar un proceso del que se desvinculó hace varios meses.
“Esperábamos que participaran todos los jordanos y todos los partidos, pero, en comparación con años anteriores, las cifras de participación muestran que el boicot no ha tenido ningún efecto”, destacó el primer ministro, Samir al Rifai, tras conocer los datos de participación.
SISTEMA ELECTORAL
Las esperanzas de que se llevasen a cabo reformas cuando el año pasado el rey Abdulá disolvió el Parlamento se desvanecieron porque el Gobierno que designó después ha mantenido vigente una impopular ley que, según sus detractores, va a asegurar un Parlamento maleable tras las elecciones de este martes.
El sistema electoral hace que ciudades grandes que son bastiones de los islamistas y los jordanos de origen palestino no tengan la representación que les corresponde, en favor de zonas poco pobladas dominadas por tribus conservadoras partidarias de la monarquía y de los sistemas legales tradicionales.
El líder del Frente de Acción Islámica, Sheij Hamza Mansour, puso en duda los datos de participación electoral y señaló que las grandes ciudades han sentido “los efectos del llamamiento al boicot” y por eso se han visto “colegios electorales vacíos”. “Creo que los jordanos han seguido ampliamente el boicot y que nuestra decisión de no participar resonó en un deseo popular”, declaró a la agencia Reuters.
La distribución de las circunscripciones implica que un voto depositado en la capital, Amán, vale una cuarta parte de lo que vale una papeleta depositada en la ciudad desértica de Maan.
El Frente de Acción Islámica, varios partidos pequeños de la oposición y políticos liberales independientes no han querido participar en el proceso electoral porque consideran que los sucesivos gobiernos han ido debilitando la función del Parlamento.