Marruecos desafía a España en busca de los ricos yacimientos de las aguas al sur de Canarias
- El Consejo de Gobierno de Canarias ha aprobado este jueves una declaración institucional que rechaza la delimitación unilateral de Rabat y exige al Estado “máxima firmeza”
La cámara baja del Parlamento de Marruecos aprobó este miércoles, con varios minutos de aplausos por parte de los diputados, las dos leyes que amplían las fronteras marítimas del país y que se solapan con las aguas de las Islas Canarias.
Esta maniobra del país norteafricano responde, según explicó tras la votación su ministro de Exteriores, Naser Burita, al derecho del país a determinar su espacio a partir de las líneas de base, los estudios y la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar. Así, con estas dos leyes Marruecos va a delimitar las 12 millas de las aguas territoriales, las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva y las 350 millas de la plataforma continental para armonizar sus leyes internas con la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar que el país magrebí aprobó en 2007.
Cada país puede ejercer su soberanía sobre las doce millas de mar desde su costa. Desde ahí, las 200 millas siguientes conforman la llamada Zona Económica Exclusiva (ZEE), en la que el país propietario puede conservar y administrar los recursos naturales del mar y el subsuelo y, como máximo, cada Estado puede ampliar su plataforma continental hasta las 350 millas para ejercer derechos sobre el subsuelo marino
Sin embargo, para que sea efectiva la ampliación que pretende hacer Marruecos es preceptiva la aceptación y negociación con los países colindantes, en este caso, España, Argelia, Mauritania y las autoridades del pueblo saharaui, a quien Rabat no tiene en cuenta porque considera suyas las aguas del Sáhara Occidental. Esto supone una cuestión mucho más delicada, en concreto para España, pues es el país que debe gestionar la descolonización del Sáhara Occidental, antigua colonia española, y que no ha frenado la expansión de Marruecos en esa zona, que la tomó como suya en los años 70 y explota sus recursos naturales como propios. Aunque España no ha reconocido la soberanía marroquí en el Sáhara Occidental tampoco ha actuado en contra. Ahora bien, como la expansión marítima pretendida por Rabat no solo afecta a aguas saharauis, sino también a aguas canarias, España tendrá que actuar.
Reunión de la ministra española en Rabat
Este viernes, la ministra de Exteriores, Arancha González, se reunirá en Rabat con su homólogo marroquí. De momento, la ministra se ha limitado a decir que el país alauí sabe que las aguas colindantes deben delimitarse de mutuo acuerdo.
Este miércoles el ministro marroquí de Exteriores quiso lanzar un mensaje tranquilizador diciendo que su país “no tiene ninguna intención de imponer hechos consumados a España” sobre esa cuestión, pues este país es “más que un vecino, es un socio estratégico y un aliado de confianza”.
Palabras que la ministra González Laya tomó al vuelo para escribir inmediatamente en su cuenta de Twitter: “Tal como hemos conversado con Marruecos en contactos estas última semanas, no habrá política de hechos consumados ni acciones unilaterales”.
Mientras, el Frente Polisario rechaza la iniciativa marroquí y señala a España, a quien culpa de la situación por su inacción para frenar la ambición expansionista de Rabat sobre territorio y aguas saharauis.
“Este acto se produce en el marco de la campaña desesperada que lleva a cabo Marruecos para legitimar su ocupación ilegal de partes del Sáhara Occidental mediante los sobornos y la implicación de entidades extranjeras en su aventura colonial”, afirmó el secretario nacional y responsable del Comité de Relaciones Exteriores del Polisario, Mohamad Jadad.
El telurio, la clave de las pretensiones
Marruecos defiende que está en su derecho de definir sus fronteras marítimas, pero no lo había hecho hasta que se ha descubierto que bajo las aguas al sur de Canarias se encuentra un monte llamado Tropic, un antiguo volcán que constituye un verdadero tesoro por su alto contenido en telurio y otros minerales y metales. Ya en 2009 el Gobierno de España presentó la petición de ampliar su plataforma continental para obtener la titularidad de los recursos que esconde Tropic, reservas que serán claves para una futura revolución verde por su valor en la fabricación de paneles solares y coches eléctricos.
Un primer intento en 2017
El Gobierno de Marruecos ya aprobó en julio de 2017 la proposición de dos iniciativas legislativas que tenían como objetivo incluir las aguas del Sáhara Occidental en su propiedad y delimitar su frontera marítima con Canarias. En ese momento, el portavoz del Ejecutivo, Mustafa Jalfi, insistió en la voluntad de que nadie pusiera en cuestión la soberanía marroquí sobre su “territorio”. De este modo, la posibilidad de que el país entrara en el juego por la titularidad de los recursos del monte Tropic pusieron ya en sobreaviso a España hace dos años.
Reacciones en Canarias
Desde que el pasado mes de diciembre se anunciaran los planes del Parlamento marroquí, en Canarias se sucedieron las reacciones a las dos leyes. Todos los partidos han pedido que tanto el Gobierno de Archipiélago como el de España se pronuncien con contundencia ante lo que algunas formaciones han descrito como una “pretensión unilateral de anexión” de aguas canarias.
El presidente canario, Ángel Víctor Torres, ha insistido en diversas ocasiones en que España “elevará la voz” si Marruecos toca “un milímetro de aguas canarias”.
Coalición Canaria ha ido más allá y ha pedido que España eleve una queja ante las Naciones Unidas. Nueva Canarias ha exigido que sea el Gobierno central quien frene las aspiraciones marroquíes; el Partido Nacionalista Canario se suma a la petición de CC; también Sí Podemos rechaza la iniciativa marroquí y pide firmeza ante estas pretensiones.
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