Al menos 73 personas han muerto a causa de una nueva oleada de atentados contra objetivos chiíes en Bagdad y en el sur de Irak, según un nuevo balance de víctimas del que han informado las autoridades. El incidente más sangriento se produjo en la provincia de Nasiriya, en el sur, donde un ataque suicida contra un grupo de peregrinos chiíes ha causado 44 muertos.
El primer atentado se produjo en el distrito de Ciudad Sadr, en el noreste de Bagdad, donde la explosión de una bomba colocada en una motocicleta aparcada y de otro artefacto de fabricación casera causó la muerte de 13 personas y heridas a otras 32, según el departamento de salud de la capital.
Un portavoz de las fuerzas de seguridad ha explicado que el atentado se produjo cuando un grupo de obreros esperaba para ser contratado. “Alguien” aparcó una “pequeña motocicleta” cerca de este grupo y, “pocos minutos después”, el vehículo hizo explosión.
Ciudad Sadr es el feudo del movimiento chií Ejército del Mehdi, del clérigo Muqtada al Sadr, quien combatió en su momento a las tropas iraquíes y estadounidenses y que actualmente es un firme aliado del primer ministro, el chií Nuri al Maliki. La Policía ha logrado encontrar y desactivar otras dos bombas en esta área, al margen de la que ha hecho explosión este jueves.
Posteriormente, dos coches bomba causaron 16 muertos y 36 heridos en Kadhimiya, un distrito del noroeste de la capital cuya población es también mayoritariamente chií. Un policía de este barrio, Ahmed Maati, ha relatado que “unas personas comenzaron a huir de las explosiones y otras corrieron hacia ellas” para tratar de localizar a sus familiares. La escena “parecía una película, con gente llorando y gritando”.
“Es demasiado pronto para acusar a nadie en particular porque aún debemos aclarar algunos puntos en las investigaciones”, declaró el portavoz del centro de operaciones de Bagdad, Qassim al Musaui. “Estamos en guerra con los terroristas y con los enemigos del proceso político, por lo que no nos sorprenden ni nos parecen extrañas estas explosiones, estamos acostumbrados”, agregó.
Poco más tarde, 44 personas murieron y 81 resultaron heridas como consecuencia de un atentado suicida con bomba contra un grupo de peregrinos chiíes en la provincia de Nasiriya, en el sur, según informó el máximo responsable del consejo de seguridad provincial, Sajad al Asadi. El director del principal hospital de la zona, Ahmed Abdel-Sahib, también ha confirmado 44 fallecimientos pero ha elevado a 88 los heridos.
El atentado se produjo en un puesto de control policial situado justo al oeste de Nasiriya, a 300 kilómetros al sureste de Bagdad. Está previsto que miles de peregrinos se desplacen a la ciudad santa chií de Kerbala, en el sur de Irak, para participar en el 'Arbain', uno de los principales ritos religiosos de esta confesión musulmana.
Violencia religiosa
La nueva oleada de atentados se ha producido en pleno recrudecimiento de la violencia religiosa. El pasado 19 de diciembre -un día después de la salida de las tropas estadounidenses de Irak-, Nuri al Maliki ordenó la detención de un vicepresidente suní, Tareq al Hashemi, al que acusaba de haber organizado escuadrones de la muerte y que se encuentra actualmente refugiado en el Kurdistán iraquí.
Ese mismo día, el primer ministro solicitó al Parlamento el cese de su viceprimer ministro, el también suní Salé al Mutlaq. Cuatro días más tarde, al menos 72 personas murieron a causa de una serie de atentados contra objetivos chiíes en Bagdad y alrededores.