En Anacostia, el barrio más negro de la capital de EEUU, los votantes afroamericanos acuden este martes a votar de manera masiva, y aguardan con una alegría serena el resultado de unos comicios que han estado esperando durante demasiado tiempo.
“He votado desde que pude votar, y tengo ya 53 años”, dijo a EFE Deborah Sales después que sufragó en la Escuela Primaria Birney, en Anacostia. “Pero ninguna elección ha sido como ésta: hemos sufrido y luchado por este día”.
Antes del mediodía ya habían votado allí más de 1.500 personas, informó Pam Brown, la presidenta de la mesa electoral, “y esto ya indica una concurrencia mayor que en cualquier otra elección, cuando todavía falta la mayor cantidad de votantes, que vendrán al atardecer”.
La gran diferencia en esta elección presidencial tiene un solo nombre: Barack Obama, el primer candidato afroamericano.
Desde que se inició semanas atrás el proceso de votación en los estados que permiten el sufragio anticipado, la concurrencia de votantes negros ha sido notable, al igual que la de inmigrantes hispanos, asiáticos y árabes.
Hoy, desde que abrieron los puestos de votación, los medios han mostrado imágenes de largas filas de votantes, y los analistas han señalado casi unánimemente el sentido del momento histórico que marca el fin de tres décadas de conservadurismo, y la emergencia de una nueva generación política.
Darlene, de 62 años, llegó a la escuela Birney en silla de ruedas, empujada por su nieto Michael, de 22 años, y acompañada por su hijo Alfonzo, de 43.
“La última vez que yo voté antes fue en 1964. Y entonces ninguno de nosotros creía que viviríamos para ver un candidato negro, un presidente negro en Estados Unidos”, contó. “Esta vez no me lo pierdo, y quiero estar segura de que Michael vote también”.
Alfonzo, en cambio, no puede votar. Al igual que millones de personas en Estados Unidos que han cometido algún delito y han cumplido sentencias de prisión, el hombre tiene suspendidos sus derechos de ciudadano.
“Es un día tan especial, único, es una elección importante no sólo para los negros, es importante para todos en Estados Unidos”, comentó Jeanine Valerie, de 30 años. “El mundo entero está observando esta elección, el mundo entero tiene sus esperanzas puestas en el resultado”.
En la escuela secundaria de Gaithersburg, Maryland, Lee Gennell, un blanco, afirmó que Obama “representa el cambio que necesita el país y un mejor futuro para nuestros jóvenes”.
Luciendo botones pro-Obama en su suéter y en su gorra, su esposa, Barbara, de raza negra y abuela de dos nietos a sus 49 años, recordó los tiempos de discriminación que vivió su familia “no hace mucho tiempo... cuando se nos prohibía entrar en restaurantes, escuelas y otros sitios públicos”.
“Nunca creí que viviría este momento en mi vida”, dijo Barbara. “Yo creo que Obama va a unir al país”.
“Una vez que oyes el mensaje de Obama, te quedas enganchado”, agregó Lee, de 60 años. “Los republicanos lo atacan diciendo estupideces, porque no tienen otros argumentos”.
En la Iglesia Metodista Pearl, de Jackson (Misisipi), Jean Brown, de 46 años, concurrió a votar por primera vez en una década.
“Yo antes tenía dos empleos y no me daba el tiempo para votar”, dijo al diario Clarion Ledger. “Pero en este día Obama está en mi corazón. Yo no me fijo en el color de su piel, me fijo en que necesitamos alguien que haga cambios, alguien que realmente haga la tarea”.
En el otro extremo del país, en el Condado Santa Clara de California, más del 40 por ciento de los votantes ha votado por correo, pero Dorrie Teodoro, de 53 años, concurrió a votar personalmente, y después que sufragó por Obama salió con lágrimas en los ojos.
“He estado conmovida desde ayer”, dijo Teodoro al diario The Oakland Tribune. “Este año me nacerá una nieta y casi no puedo esperar para contarle sobre esta ocasión única. Voy a estar contenta todo el día”.