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Olmert pide la dimisión de Katzav

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, pidió este miércoles la dimisión del presidente, Moshé Katzav, tras ser acusado de violación.

“Este es un día triste para el Estado de Israel, pero en la actual situación el presidente no puede continuar en sus funciones”, dijo Olmert al iniciar una comparecencia pública en la Conferencia de Herzliya. “No me cabe la menor duda de que Katzav no puede continuar siendo presidente”, afirmó.

Anteriormente, Moshé Katsav, se comprometió este miércoles a dimitir si el fiscal general del Estado, Menahem Mazuz, decide finalmente procesarlo. “Si el fiscal general decide presentar el acta de acusación, me comprometo a dimitir, no me quedaré aquí ni un segundo más”, dijo Katzav en la primera rueda de prensa desde que la Fiscalía General anunció que iba a presentar contra él una acusación por varios delitos sexuales, inclusive por violación.

Katzav, que compareció acompañado por su mujer, Guila, explicó: “Reconozco que debería, y tengo ganas de dimitir en este preciso momento, pero también es mi obligación defenderme”. “La ley no me exige dimitir, el fiscal general no me ha exigido dimitir, y no estoy dispuesto a rendirme a las calumnias”, agregó lleno de ira.

Confirmó que ha presentado una petición al Parlamento para que le exima de sus funciones de forma temporal, tres meses, mientras aclara la situación con el fiscal general. Según el presidente israelí, “nadie, ningún abogado, ha visto hasta ahora las acusaciones y las pruebas”, por lo que está esperando a la audiencia preliminar con Mazuz para responder a ellas.

“Hace meses que mi familia, y yo personalmente, estamos bajo un agresivo y vergonzoso ataque”, se quejó el presidente israelí antes de recalcar que: “a pesar de la humillación he respetado la ley, y me abstuve de responder para no obstaculizar la investigación”. Pero, añadió, “no pienso bajar la cabeza y dejar que atropellen mi honor. Me defenderé aunque tenga que luchar una guerra mundial. Voy a luchar para limpiar mi buen nombre”.

En esta lucha dijo contar con el apoyo de su esposa, Guila, y de su familia. “Mi mujer y mi familia están a mi lado, y conforme pase el tiempo también todos los ciudadanos comprenderán el alcance de la desgracia que ha ocurrido aquí”, dijo Katzav, mientras Guila empezó a llorar.

Dirigiéndose a los ciudadanos, Katzav declaró: “No creáis a las encuestas, a la prensa, a las calumnias, a las afirmaciones de que hay dos verdades. Hay una sola verdad y es que hay una conspiración criminal y dolorosa contra mi”.

De su situación, el presidente responsabilizó sobre todo a la prensa y afirmó que sus ataques “han sido terribles”. “Durante seis meses -dijo- he estado oyendo comentarios sobre actos terribles por parte del presidente. Habéis oído cosas que ponen los pelos de punta”.

Y reiteró que no hay “ninguna evidencia, ni ninguna prueba” de las acusaciones de delitos sexuales vertidas contra él.