Sobre este blog

Estudio Ciencia Política y Periodismo en la URJC. Algo que alterno con la observancia voluntaria de las bajas morales que despierta el quehacer político y, aún así, con la capacidad que tiene de ilusionar la ciencia que estudió Max Weber. Escribiré sobre eso, sobre la política. Eso sí, de forma clara, tolerante pero sobre todo crítica.

La razón de Le Pen

La ultraderecha francesa "horrorizada por el odioso" ataque a "Charlie Hebdo"

Aarón Rodríguez Ramos

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No se confundan, amigos. No trato de darle la razón a Marine Le Pen, la dirigente del ultraderechista y francés Front National (Frente Nacional). Muy al contrario, sus primeras declaraciones de hoy con respecto a la tragedia de ayer en el semanario francés Charlie Hebdo han vuelto a revolverme las tripas. Le Pen es islamófoba y su partido también. Y sería muy ofensivo, sobre todo para las víctimas y para los votantes y militantes que depositaron su fe en ella esperando otra cosa, decir lo que es una total verdad: la masacre terrorista de ayer engorda al Frente Nacional francés. Engorda a movimientos en Dresden (Alemania) como Pegida que sólo proponen frente a la barbarie y el odio engendrar más odio y discriminación. 

El tiroteo de ayer en el Charlie Hebdo es un ataque a la libertad de expresión del fanatismo yihadista que es incapaz de entender (como todas las religiones y todas las creencias cuando se fanatizan) qué son los derechos humanos, la igualdad intrínseca entre un hombre y una mujer o siquiera que la homosexualidad no es una enfermedad. El objetivo “a combatir” no debe ser el Islam como respuesta a este ataque tan ruín como despiadado, debe ser el terrorismo. A los que hay que combatir no son a los que matan en nombre de Alá, porque eso justificaría por olvido a los que mataron en nombre de Dios durante tantos y tantos siglos en las cruzadas, o a los que mataron acusando de deslealtad o sublevación al Estado o para defender la “raza aria”. ¿Y a los que mataron personas por su color de piel en Estados Unidos durante el siglo pasado y hoy resurgen después de 149 años de infamia con sus capuchas blancas? Ellos son la auténtica lacra: los que matan por sus ideas. Son auténticas ratas, sin importar las ideas. Todos por igual. 

Y es que hasta en Francia, de la que presumimos ser la más revolucionaria y avanzada nación a su tiempo histórico, y de la que deducimos ese avance por su Estado laico (digno de encomio y vigilancia envidiosa y recelosa por laicos españoles como el que les escribe)... Hasta allí ya han sonado comentarios zafios e islamófobos como consecuencia del tiroteo. Toscos, tópicos y típicos que seguro usted ha leído en alguno de sus grupos de Whatsapp (y si no, cuide a sus contactos que tiene usted suerte). Que si un “todos los moros son iguales”, que si un “el Islam es una religión horrible y abominable” y demás estupideces que no resisten ni el más mísero análisis ni argumentación. Lo peor no es que la digan tuiteros franceses o españoles, lo peor es que la irresponsabilidad llega a hasta las alturas de la política francesa con una Marine Le Pen enviando tweets sobre su defensa por un referéndum para incluir la pena de muerte en el ordenamiento jurídico del país galo.

Mientras tanto en España, el diario La Razón aprovecha para hacer un lavado de imagen. Su portada arriesgada y valiente versa “En defensa de la libertad de expresión” e incluso se atreven a publicar la polémica portada del Charlie Hebdo. Parecería -para quien no suele leer La Razón ni ver sus portadas- que es un periódico a favor de la libertad de expresión. Sin embargo, ¿hubiera hecho lo mismo La Razón sobre la portada que se autocensuró El Jueves en relación a la abdicación de Juan Carlos I si hubiera derivado en algo parecido a lo ocurrido ayer? ¿Qué es la libertad de expresión para La Razón? No obstante, si siguen por ese camino quizás algún día podamos creerles. Como el mismo Pedro J (enfadado por no ser hoy trending topic) dijo en Twitter: “Es fácil decir ”Je suis Charlie“, el mérito está en demostrarlo”. 

Y para acabar de pescar a río revuelto, de entre los olvidados del periodismo renace un Herman Tertsch que nos recuerda en las redes sociales que el nazismo y el socialismo han sido las ideologías que más muertes han provocado y no tenían ningún Dios. Una tesis teísta suya que viene principalmente a defender su fe personal (la cristiana) y de rebote la islámica frente a la oleada antiteísta de las redes sociales. Vamos lo que se llama una polarización del asunto y un “arrimar al ascua a su sardina”. Con esta última noticia, el título de este artículo podría haber sido “La razón de Le Pen y Tertsch”, cuyo resultado final es el mismo: aprovecharse para ideologizar esta tragedia y hacer bandos de malos y buenos, de enemigos y amigos. Con diferentes órdenes de preferencia, para Tertsch los malos son los comunistas y ya luego los islamistas, y para Le Pen al revés. Con diferentes objetivos, el de Le Pen alcanzar el Elíseo y el de Tertsch poder conseguir que alguien le mencione, aunque sea para criticarle. Quizás no haya tanta diferencia... 

En cualquier caso, que las vidas de los seres humanos que ayer se cobró el asalto terrorista no sirvan para engendrar más barbarie ni para que los que proponen odio se disfracen de víctimas en el nombre de las auténticas, las familias de los que arriesgaron su vida por creer en la libertad y en un mundo con más humor. Seguramente ellos no lo hubieran querido. Que se haga justicia.

Je suis Charlie Hebdo.  

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Estudio Ciencia Política y Periodismo en la URJC. Algo que alterno con la observancia voluntaria de las bajas morales que despierta el quehacer político y, aún así, con la capacidad que tiene de ilusionar la ciencia que estudió Max Weber. Escribiré sobre eso, sobre la política. Eso sí, de forma clara, tolerante pero sobre todo crítica.

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