A 20 kilómetros por carretera de la erupción volcánica de La Palma se encuentra el municipio de Mazo. Allí se registró el jueves un seísmo de magnitud 4,3, hasta el momento el de mayor intensidad desde que estalló el volcán el 19 de septiembre. Estos terremotos no han parado de producirse en estas tres semanas, un fenómeno dentro de lo normal en un proceso eruptivo en el Archipiélago, según los expertos que integran el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca). Sin embargo, la población de Mazo y Fuencaliente, afectada por los temblores, está en guardia ante la idea de que pueda abrirse un nuevo centro de emisiones cerca de ellos.
Para tranquilizar a la población, el comité científico que dirige la emergencia en La Palma ha decidido celebrar dos sesiones informativas, “que no reuniones de alerta”, según ha matizado a esta redacción la alcaldesa del municipio, Goretti Pérez Corujo. Al entrar al pabellón de Mazo, en el que tenía lugar la primera reunión de la tarde, se hizo entrega a más de 500 vecinos de un folleto con el Plan de Actuación Insular ante el Riesgo Volcánico, producido por el Cabildo de La Palma. En él se traslada a la población información básica sobre la actuación en casos de crisis volcánica, una relación de preguntas frecuentes, un histórico de las erupciones en la isla y la explicación de lo que son los semáforos de alerta.
En estas reuniones el Pevolca ha decidido contar con la colaboración de varias voces expertas con el objetivo de trasladar a la ciudadanía un mensaje de tranquilidad. Por el momento no hay un riesgo inminente de que se abra una nueva boca en estas zonas, insistieron.
El vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional Stavros Meletlidis explicó a los vecinos, primero de Mazo y luego de Fuencaliente, que la presencia de estos temblores sentidos por la población son frecuentes en los procesos eruptivos de Canarias. Por ejemplo, en la erupción submarina de El Hierro se registraron variedad de seísmos en Tenerife. La rigidez de la roca permite a las ondas viajar, lo que explica que la erupción de Cumbre Vieja llegue en forma de movimientos sísmicos a estos municipios.
El temor a perderlo todo
Sentada en la cuarta fila está Adela, una vecina madrileña de 70 años que vive en Mazo desde hace 30. Adela preparó algunas mudas de ropa y algo de documentación el día en que erupcionó el volcán, pero con el paso del tiempo también ha cargado dos sacos de dormir. “El otro día sentí un temblor cerca de las ocho de la noche y se estremeció hasta la silla”, confiesa. Adela acude a la reunión con la esperanza de conseguir una certeza que le permita conciliar el sueño durante la noche. Desde hace dos semanas esta vecina de La Palma duerme, pero no consigue descansar. Cada dos horas se despierta por si ocurre algo nuevo.
Cuando se produce un seísmo, a Adela le gusta mirar en internet a qué profundidad está el epicentro puesto que, a pesar de los temblores, este es un parámetro utilizado por los expertos para determinar la probabilidad de erupción. El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, explicó con detenimiento a los vecinos y vecinas de Mazo la situación actual del municipio. Por el momento, Mazo no se encuentra en peligro porque las variables que avisan de una erupción volcánica no se localizan en su perímetro. En esta zona los expertos no han detectado una deformación del terreno, ni fumarolas, ni fisuras. Además, los movimientos sísmicos se originan más allá de los 10 kilómetros de profundidad.
Como Adela, María* quiere saber si puede irse a dormir por la noche con la seguridad de que a la mañana siguiente su vivienda no corre peligro. Pese a que no ha obtenido una respuesta certera a su duda, sí ha recibido un mensaje de esperanza. Por su parte, el coordinador del instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), Nemesio Pérez, ha pedido a la población que cumpla “su cuota de responsabilidad para no lamentar ninguna víctima humana” y poder ganar el objetivo del partido de fútbol que ahora juegan los palmeros: “Mantener el contador de muertes a cero”.
Mientras muchos vecinos abandonaban el recinto, el comité de expertos respondió a todas las dudas de los asistentes. Al concluir, Nemesio Pérez lanzó un mensaje de unidad a la población canaria. “Vivir en islas volcánicas implica largos periodos de tranquilidad, con otros más difíciles”, señaló. La existencia de Canarias como se conoce hoy se debe al papel que han tenido los volcanes en su creación. “Las erupciones han construido esta tierra y no podemos tener una visión negativa de ellas”, finalizó el vulcanólogo antes de un aplauso que recibió en nombre de todos los equipos que trabajan en la catástrofe.