“La Palma me estimula como creador y es para mí la cuna perfecta”

“La Palma es para mí la cuna perfecta; soy de madre chicharrera y padre palmero, nací en Tenerife pero me crié en la Isla, aquí eché los dientes, es un lugar donde puedes encontrar paz espiritual, densidad paisajística y estímulos para crear; es un lujo”. El poeta Yapci Bienes ha publicado recientemente el poemario Acabamiento, que presentó en la Sociedad Cosmológica de Santa Cruz de La Palma, en el que indaga sobre temas trascendentales como la vida o la muerte. “La poesía es para mí un modo de visión y vivencia del mundo, y también una herramienta de comunicación de ese mundo que es tanto interno como percibido”, ha señalado a La Palma Ahora.

En Acabamiento, editado por Ediciones La Palma, “el lector encontrará una mirada hacia dentro, con indagaciones sobre temas trascendentales como la vida, la muerte o la incertidumbre, y también una mirada hacia fuera desde ese yo introspectivo, se mira hacia el paisaje, hacia la escritura y hacia las preocupaciones de un isleño, de una persona que vive en un marco geográfico muy determinado que es La Palma”, explica. “Mirada hacia el interior y hacia el exterior: desde ese interior se mira hacia ese paisaje en el que se desenvuelve el isleño”, insiste.

En el poemario, la identidad “está muy asociada al acto de la escritura como fórmula de posible permanencia, como transmisión a otras personas a través de la palabra, es un yo digamos comunicado el que toco en este libro”, precisa. “Esas inquietudes que te comentaba sobre la vida, la muerte o la incertidumbre, las fronteras entre yo y la nada, las abordo desde una forma muy apoyada en el lenguaje, en los bordes del lenguaje, de lo comunicable”, precisa.

Yapci Bienes, graduado en Educación Social y con una amplia trayectoria como versador que le ha llevado a escenarios de Cuba, Argentina, México, Italia o Portugal, deja el título de su poemario, Acabamiento, “a criterio del lector”. “He jugado ahí con una doble semántica, un término ambiguo, lo que acaba puede ser lo que termina, puede hablar de lo que termina como cesamiento pero también como punto culmen”, comenta, y añade: “Como esta poesía está en esos límites del lenguaje entre la supremacía del yo, la inquietud por la trascendencia y la nada, en esa línea delgada, se apoya en ese lenguaje mismo, la línea que separa esos dos mundos, ahí está ese juego de términos del acabamiento, puedes caer a ambos lados”.

La décima también está presente en este poemario. “Hay un par de décimas espinelas, junto a sonetos rimados como blancos, metros orientales como el tanka, alguna octava real, abundantes silvas y prosa poética”, detalla.

Yapci Bienes, que heredó de su padre el arte de improvisar (“de forma genética, no como modelo”, puntualiza), desarrolla desde hace años una relevante labor en favor de la décima, diseñando estrategias didácticas encaminadas a revitalizarla. “El mundo de la décima sigue en un rumbo de avances, de mejoras, la práctica va fructificando y cada vez a un nivel más visible con el surgimiento de nuevos valores que ya van demostrando su quehacer no solo en locales de ensayo o fiestas más barriales como al principio sino en eventos de verdadera entidad cultural, con nuevos valores tanto en la improvisación como en la música, y surgen de las acciones didácticas que desarrollo desde hace más de una década; estoy muy contento con esos frutos”, afirma.