Las pernoctaciones de turismo rural en La Palma han registrado un descenso del 24,1% en el primer trimestre de 2022 con relación a mismo periodo de 2019, informa la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Santa Cruz de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel). Ha sido “la isla más castigada” de la provincia debido a la “doble crisis” provocada por la pandemia y el erupción volcánica. En concreto, cayó de las 33.368 pernoctaciones del primer trimestre de 2019 a las 25.323 de enero a marzo de 2022.
Ashotel, en una nota de prensa, señala que los establecimientos alojativos de turismo rural en la provincia tinerfeña cerraron este primer trimestre de 2022 con un total de 82.353 pernoctaciones, un 11,5% menos que las registradas en el mismo periodo de 2019 y sitúan a La Gomera y El Hierro como únicas islas con crecimientos positivos en estos tres primeros meses del año en relación con el año prepandemia. Añade que estos datos provinciales de la Encuesta de Ocupación en Alojamientos de Turismo Rural del Instituto Nacional de Estadística (INE), analizados por el Observatorio de Competitividad Turística y Sostenibilidad de Ashotel, suponen, no obstante, un aumento del 139% con respecto al mismo periodo de 2021, en el que aún estaban activas muchas de las restricciones a la industria de los viajes.
Por islas, El Hierro lideró porcentualmente ese crecimiento, con un alza del 45,6% con respecto al primer trimestre de 2019, con un total de 2.937 pernoctaciones, 920 más que en el periodo de referencia prepandemia. Por su parte, La Gomera experimentó un incremento del 22,9%, al pasar de 10.582 pernoctaciones en establecimientos de turismo rural a las 13.005 de este pasado trimestre.
Mientras tanto, señala, Tenerife sufrió una caída del 12,7% y cerró el primer trimestre con un total de 41.088 pernoctaciones en establecimientos de turismo rural; y La Palma, “la isla más castigada por esa doble crisis (pandemia y erupción volcánica) registró un descenso del 24,1% y cayó de las 33.368 pernoctaciones del primer trimestre de 2019 a las 25.323 de enero a marzo de 2022”.
Sin embargo, apunta, en comparación con 2021, “año en que aún estaban activas muchas de las restricciones a la industria de los viajes, todas las islas experimentaron comportamientos muy positivos”.
En lo referente a los viajeros alojados en establecimientos de turismo rural, indica que “la tendencia es la misma que en las pernoctaciones, salvo que la caída en La Palma no es tan acusada”. En total, en este trimestre se alojaron 16.656 personas en la provincia tinerfeña, un -9,9% respecto a 2019. El Hierro registró un incremento del 56,8% este trimestre y La Gomera, un 17,9%, mientras que La Palma experimentó un -14,4% y Tenerife un -15,6% de viajeros alojados. Sobre la procedencia de estos viajeros, el 67,6% era residente en el extranjero y el 32,3% restante, viajeros residentes en España.
En cuanto a los datos de ocupación, Tenerife es la que presenta mejores porcentajes y la que más se aproxima a las cifras de 2019. De este modo, Tenerife registró ocupaciones del 36,5%, 43,9% y 41,9% en los meses de enero, febrero y marzo, respectivamente; La Palma del 25,6% (enero), 26,2% (febrero) y subió al 36,2% en marzo. También La Gomera obtuvo ocupaciones similares del 32%, 38,4% y 36,8% cada uno de estos meses y El Hierro fue la isla con las ocupaciones más bajas, del 20,1%, 23,8% y 21,3%.
Se estima que la provincia tinerfeña cuenta con 426 establecimientos abiertos de turismo rural, según los últimos datos del INE, y un total de 2.695 plazas estimadas. En comparación con marzo de 2019, todas las islas menos Tenerife cuentan con más plazas, se añade en la nota.
Sobre el Observatorio de Ashotel
El Observatorio de Competitividad Turística y Desarrollo Sostenible, explica, es la plataforma de Ashotel para la vigilancia, inteligencia y prospectiva en sostenibilidad, responsabilidad corporativa e innovación del sector alojativo en Canarias. Está constituido dentro de las directrices de la estrategia de sostenibilidad y digitalización de Ashotel 2030 que surge ante la necesidad de dotar al sector alojativo de una hoja de ruta para el impulso de un turismo más responsable y sostenible.