Los gatos cimarrones, en los montes de La Palma, en el terreno faunístico, son los que parten el bacalao. Según Félix Medina, doctor en Ciencias Biológicas, estos felinos se encuentran en la cúspide de la cadena trófica del medio natural de la Isla y, casi con toda seguridad, de Canarias. Es decir, son los principales depredadores del ecosistema insular.
Con el objetivo de conocer más profundamente la ecología trófica, un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), desde hace un año, investiga en La Palma si los mininos montaraces varían la dieta, sustentada fundamentalmente en conejos, ratas, lagartos y aves, en función de las presas existentes. “Se trata de averiguar”, explicó Félix Medina, “si los gastos silvestres se adaptan con facilidad a la disponibilidad de alimentos en el medio a fin de conocer, en el futuro, la incidencia de este comportamiento predador en otras especies”. En concreto, en estos momentos, analizan las muestras recogidas hace un año.
El mencionado equipo, formado por Manuel Nogales, miembro del Grupo de Ecología y Evolución en Islas del CSIC; Elsa Bonau, bióloga de la Universidad de París, y Félix Medina, está considerado como uno de los más punteros a nivel mundial en el descrito campo.
Medina comentó que, si los citados felinos mantienen una dieta constante, “no es probable” que originen “un problema mayor” en el hábitat, pero si se adecúa sin dificultades a los cambios o variaciones de las poblaciones de las piezas a cazar, la cosa se complica.
Félix Medina, en su tesis doctoral, realizada en el año 2009, expone que “los mamíferos introducidos (conejos, ratas y ratones) constituyen las presas principales del gato cimarrón en La Palma” y sugiere que “el efecto sobre las especies endémicas es relativamente bajo”.
Detalla que el repetido felino “posee un patrón similar en su ecología trófica en hábitats similares de distintas islas del Archipiélago canario”. Sin embargo, añade, “existen ligeras diferencias en la composición de su dieta, probablemente, en función de la diversa disponibilidad de presas en cada ecosistema e isla, aún cuando el factor fauna insular ha sido controlado”.
Precisa que de “las 28 especies de invertebrados depredados por el gato cimarrón en La Palma, 10 de ellas son endémicas de Canarias y solamente dos coleópteros son endémicos de la Isla”. Subraya que “ninguna de ellas está amenazada” y la depredación de los gatos asilvestrados “no parece causar un grave efecto sobre la comunidad de insectos”. A pesar de ello, puntualiza, “se considera que la identificación del componente invertebrado de la dieta” de los gatos montaraces “en ecosistemas insulares es una herramienta importante para la correcta comprensión de la significación de su depredación y para prevenir daños en las especies amenazadas”.
Insiste en que “los gastos cimarrones son los depredadores que se encuentran en lo más alto de las cadenas tróficas del Archipiélago canario”. Argumenta al efecto que “la falta de competidores, la disponibilidad de nichos ecológicos vacíos y las interacciones depredador-presa, basadas en diferentes especies introducidas, han hecho posible el establecimiento de poblaciones viables de gatos cimarrones en todos los hábitats de las Islas Canarias”.