Espacio de opinión de La Palma Ahora
Recuerdo de Rodrigo González de Paiz
Se nos has ido un maestro, un amigo, una gran persona. Rodrigo González de Paiz representó a un grupo y estilo de personas que justifican y ennoblecen la memoria de los pueblos. Son los agentes imprescindibles para que la cultura, expresión de los sentimientos y las tradiciones comunes, permanezca firme y saludable entre nosotros. Como vecino, como amigo y como alcalde, en mi nombre y en el de la corporación que presido, valoro su ausencia y comparto la pena de cuantos le conocimos. El Paso ha perdido a un artista polifacético, volcado con acierto a todas las manifestaciones del espíritu – plásticas, teatrales, musicales – y a una magnífica persona. Fue, como otros paisanos del pasado y del presente, imprescindible en todo lo que hizo, en nuestras fiestas y en el día a día, con un largo compromiso con la colectividad y, sobre todo, con una exigencia altruista de mantener a El Paso en el más alto escalón de la cultura palmera, canaria e incluso más allá. En ese sentido le dio a su pueblo lo mejor de sí mismo. Nos queda su recuerdo y su ejemplo y la memoria de cuanto soñó, pudo hacer e hizo. Nuestra profunda gratitud y cercanía con familiares y amigos y, también, la permanencia material de algunas de sus obras.
Se nos has ido un maestro, un amigo, una gran persona. Rodrigo González de Paiz representó a un grupo y estilo de personas que justifican y ennoblecen la memoria de los pueblos. Son los agentes imprescindibles para que la cultura, expresión de los sentimientos y las tradiciones comunes, permanezca firme y saludable entre nosotros. Como vecino, como amigo y como alcalde, en mi nombre y en el de la corporación que presido, valoro su ausencia y comparto la pena de cuantos le conocimos. El Paso ha perdido a un artista polifacético, volcado con acierto a todas las manifestaciones del espíritu – plásticas, teatrales, musicales – y a una magnífica persona. Fue, como otros paisanos del pasado y del presente, imprescindible en todo lo que hizo, en nuestras fiestas y en el día a día, con un largo compromiso con la colectividad y, sobre todo, con una exigencia altruista de mantener a El Paso en el más alto escalón de la cultura palmera, canaria e incluso más allá. En ese sentido le dio a su pueblo lo mejor de sí mismo. Nos queda su recuerdo y su ejemplo y la memoria de cuanto soñó, pudo hacer e hizo. Nuestra profunda gratitud y cercanía con familiares y amigos y, también, la permanencia material de algunas de sus obras.