En tierras de La Gomera,
en lomos acantilados,
los sabinares colgados
destacan sobremanera.
Son reserva de biosfera
de incalculable valor,
representan lo mejor
de estos montes insulares,
testigos particulares
de un tiempo que fue peor.
Jócamo. 10.VII.2023
NOTA: Los sabinares canarios de Juniperus turbinata subspc. canariensis forman parte de los llamados bosques termófilos insulares, emparentados con los de la cuenca mediterránea, que se extienden desde el Algarve ibérico hasta Fenicia y Anatolia en Oriente Medio.
En Canarias ocupan las medianías térmicas meridionales y las más frescas septentrionales, donde descienden hasta contactar con la vegetación xerófila costera.
Mermados por la ocupación humana del territorio, permanecen muchos topónimos que acreditan su amplia distribución en el pasado: La Sabina, Sabinosa, La Sabinita, El Sabinar (o sabinal como pronuncian muchos los herreños), Lomo del Sabinar, etc.
Los sabinares más extensos y mejor conservados son los de El Hierro (La Dehesa y El Julan) y La Gomera (Agulo y Vallehermoso).
Considerados como hábitat de interés prioritario por la legislación europea (Directiva del Consejo 92/43/CEE), están afectados en buena medida por la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos, lo que no excluye el interés técnico por incluir los sabinares del norte de La Gomera dentro de una posible ampliación del Parque Nacional de Garajonay, por más que ello choque con el concepto prístino del Parque, restringido al ámbito potencial del monteverde.