A quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. De ello dan buena cuenta casi todos los días los vecinos y visitantes de Los Llanos de Aridane. Desde hace siglo y medio, unos majestuosos ejemplares de laureles de Indias presiden, en la plaza de España, como príncipes de gran porte del reino vegetal, el corazón del municipio. Los primeros plantones de estos imponentes y frondosos ejemplares llegaron a La Palma y, posiblemente, que se tenga noticia, a Canarias, hace ahora 150 años para “hermosear el paseo” del casco urbano de Los Llanos de Aridane, según relata en unos sus trabajos de investigación histórica María Victoria Hernández, cronista oficial de la primera ciudad del Valle y actual consejera de Cultura y Patrimonio de Cabildo.
El Ayuntamiento de la localidad ha programado una serie de actividades para conmemorar la citada efemérides. En ese tiempo, el majestuoso árbol se han convertido en uno de los elementos iconográficos de la localidad, según la concejal de Cultura, María Nieves Barroso Ramos. “Desde las primeras referencias sobre su siembra, en 1863, los laureles de Indias de la plaza de España han sido protagonistas directos de la vida cotidiana de los llanenses y seña de su identidad”, añade. Su privilegiada situación “los ha hecho partícipes de todo tipo de eventos, paseos o fiestas y no han pasado desapercibidos por su frondosidad y frescura para cientos de viajeros, fotógrafos y escritores que los han inmortalizado en sus obras y recuerdos”.
Según expone María Victoria Hernández en un folleto publicado por el Ayuntamiento con motivo de 150 aniversario de la plantación de los citados ficus gigantes en Los Llanos de Aridane , “el laurel de Indias (Ficus microcarpa L. F., Ficus retusa o Ficus nitida), árbol de la familia de las moráceas, de origen malayo, de porte majestuoso y codiciado en zonas cálidas por la frescura que proporciona su denso follaje, se ha convertido en una de las especies botánicas foráneas que más y mejor han identificado durante siglo y medio a la ciudad llanense”. De este modo, añade, “en 1932, 68 años después de la llegada de los primeros ejemplares conocidos, se sembraron nuevos plantíos en la plaza de Argual; luego, en 1956, en la avenida Doctor Fleming y, en 1958, en la plaza de la Recova”.
Flora ornamental urbana
En los últimos años, continúa, “el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane ha contribuido decisivamente a divulgar los valores de su flora ornamental urbana”. Así, detalla, “en 2008 solicitó la colaboración del Instituto José María Pérez Pulido y de la Escuela de Arte de La Palma para la fábrica e instalación de varios carteles informativos en cerámica, que han venido a favorecer la divulgación en varios idiomas de la procedencia y data de su plantación”. Junto a los laureles, añade, “esta iniciativa benefició también otras arboledas históricas, que han pasado a disponer de rotulaciones similares”.
Hoy en día, continua, los laureles «cubanos» de la plaza de España constituyen “una de las señas más queridas de los aridanenses y de quienes nos visitan. Con su frondosidad y frescura, dan identidad propia a Los Llanos de Aridane”.
Las primeras noticias sobre “un plan de embellecimiento de la plaza de España de Los Llanos de Aridane”, prosigue María Victoria Hernández, “datan del verano de 1863”. En su edición del 26 de junio de ese año, expone, “el semanario palmero El Time da cuenta de un programa de actuación que incluía la plantación de arbolado, la colocación de cuatro bancos de piedra o sofás (luego reubicados en la plaza Elías Santos Abreu) y la instalación de un servicio de iluminación nocturna”.
La reseñada publicación, textualmente, según se recoge en el opúsculo de Hernández, señala lo siguiente: “En la plaza de la Constitución se han plantado árboles, se han encargado para ella algunos sofaes de piedra y se piensa alumbrar». Más tarde, el 28 de febrero de 1864, apunta la cronista oficial, ”el mismo periódico confirma que los laureles ya se habían plantado; a raíz de este primer eslabón, la cabecera lleva a cabo una auténtica campaña a favor del arbolado y sugiere nuevas siembras, ahora, en el camino de Argual, que por aquellas fechas se hallaba en obras; la cabecera propone el plantío de 'los plátanos del Líbano, o los llamados laureles de la India' y explica: 'Los primeros pueden llevarse de los jardines de Argual, y no dudamos que nuestros paisanos residentes en Cuba nos remitan algunos de los segundos, como ya han hecho para la plaza de este pueblo'».
Colonia palmera en Cuba
A finales de año, indica, “uno de estos envíos de laureles desde la isla caribeña no llegó” hasta La Palma «a causa de los temporales», acabando “irremediablemente sumergidos en el océano”. Otras remesas, señala, “promovidas también por la colonia palmera en Cuba, sí lograron desembarcar, como pone de manifiesto un suelto publicado en El Time el 25 de diciembre de 1864; según el rotativo, el indiano Antonio Carballo Fernández, sobrino del prócer aridanense Francisco Fernández Taño (1795-1876), había fletado por su cuenta en el puerto de La Habana, a bordo del velero 'Bella Engracia', capitaneado por el palmero Simón Sosvilla, varios plantones de laureles de Indias, palmas reales, etc.”, con destino a “hermosear el trayecto que ocupa el nuevo paseo»; se trata, pues, de una iniciativa más que contribuyó a hermosear el paseo del casco llanense, que comprendía entonces nuestra plaza de España o de la Constitución”.
Por aquellas mismas fechas, detalla María Victoria Hernández, “también la colonia tinerfeña del Caribe apoyó el ajardinamiento de algunos espacios públicos con los que la población de Santa Cruz de Tenerife contaba para su ocio y esparcimiento”. Varias monografías relativas al tema, apunta, “suelen coincidir en afirmar que los laureles santacruceros fueron los primeros que se sembraron en Canarias, apoyándose para ello en un suelto aparecido en la edición de El Guanche de 3 de diciembre de 1864”.
En realidad, puntualiza, “se trata de una crónica publicada antes por el periódico cubano El Mencey (no consta la fecha de éste), que informa a sus lectores: 'Hemos tenido el gusto de ver los lindos laureles de la India que nuestro paisano D. Domingo Serís tiene a bordo del buque Guanche con el objeto de regalarlos a la Alameda del Príncipe de Asturias de Santa Cruz'. No obstante, sin saber si fueron los primeros del Archipiélago, lo que está claro es que los laureles de Los Llanos fueron plantados casi un año antes, entre junio de 1863 y febrero de 1864”. Según apuntan varias referencias orales, subraya, “estos inaugurales laureles de Los Llanos fueron plantados y cuidados por los niños de la escuela regentada por Daniel Santos Lorenzo, hijo del sochantre Miguel Santos González y de Antonia Lorenzo Wangüemert, que ya figura en el padrón de habitantes de 1857 como maestro de escuela”. El Ayuntamiento aridanense, señala , “prestó desde el principio un especial interés por el mantenimiento de los laureles de su plaza-paseo”.