Dicen los que entienden de magia, que quien cierra puertas a quienes necesitan cruzarla, la vida misma es quien va cerrando oportunidades a quien un día no permitió a otros ser libres.
No es rencor, ni maldición, es simplemente la vida.
Acción y reacción.
Igual que existen malos actos con intenciones ocultas, también existe luz en aquellos que, a pesar de los obstáculos, siguen el camino que se han forjado.
A veces, uno mismo se condena con el silencio ante la tormenta o con la pasividad ante el dolor del prójimo.
Pero los mayores ministerios de esta existencia que vivimos son:
La Vida, el Destino y ese alguien superior que existe, pero no puedes ver.
Los que entienden de magia, aseguran que estos también se reúnen de vez en cuando para tratar asuntos que ocurren diariamente.
Nunca se inmiscuyen en los asuntos o decisiones del otro.
Trabajan en equipo, pero cada uno en su lugar.
La Vida devuelve las acciones que realizas.
El Destino juega a merced de lo que ve.
Y ese Superior, deja que aquellos que con mala fe cierran caminos a los que necesitan cruzarlo, transiten el mismo camino que forjaron para los demás.
Que un candado no silencie tu voz.
Ni las ganas de ser y luchar por lo tuyo.
Porque ese mismo candado será el que impida avanzar, pero no será en tu camino.
Entendamos de una vez, que aquí, donde estamos de paso...
TODOS somos UNO.
Y quien rompe esa magia, acaba recibiendo lo que da, sin poder evitarlo.
Y no lo digo yo.
Es la Vida quien siempre habla. El destino quien actúa y algo más grande quien concede lo merecido.
Por más candados cerrados que aparezcan, siempre habrá una llave que los abra.
Es la magia de las ganas y la unión.
*Conchi Jaén es presidenta de la Plataforma Jaraco de Afectados por el Volcán de Puerto Naos y La Bombilla