Reconoce que en el desfile de Los Indianos le gusta ver a la gente “elegante” porque, subraya, “soy profesional de la costura y palmera”. Álida Ferraz es profesora de Corte y Confección y artesana de trajes tradicionales, y cada año confecciona vestimenta de mujer y hombre para lucir en el día grande del Carnaval de La Palma, en la gran parodia del retorno del emigrante adinerado que arriba al puerto de Santa Cruz de La Palma exhibiendo sus mejores galas. “Hay que cumplir con las tradiciones y las normas, y cuanto más elegancia, más espectacularidad tiene el desfile”, ha asegurado a LA PALMA AHORA. “No te puedo decir el precio exacto de un vestido de mujer, porque depende de su laboriosidad, pero uno normalito de época, sale por unos 100 euros, pero ajustadito, sin pasarse”, explica. “Si lo piensas bien, no es caro, porque, si lo cuidas, te dura muchísimos años”, asegura.
Álida defiende que “la vestimenta es importante en cualquier acto” y aboga por “recuperar la elegancia de aquellos antiguos desfiles de Los Indianos, aunque con tanta gente creo que ya es difícil”, dice. “Lo que luce de verdad en Los Indianos es la ropa, el traje de Cuba, no la chabacanería”, sostiene. No obstante, aclara que la vestimenta para participar en la parodia carnavalera del retorno del emigrante tampoco tiene por qué ser alta costura. “Se puede ir elegante con un traje barato y sencillo, que se puede comprar en cualquier tienda; yo conozco señoras que visten muy bien y gastan poco dinero”, afirma, y añade: “Aunque también entiendo que todo el mundo no se puede gastar dinero en un traje, por muy barato que sea”.
El perfil de la clientela ‘indiana’ de Álida es variopinto. “Coso para gente joven, de mediana edad, mayores, gordos, delgados… Todo el mundo quiere su vestido”, comenta en tono de humor. “Hago trajes tanto para palmeros como para gente de otras islas, que cuando llegan en el barco o en el avión, se van a casa a recogerlos”.
Esta profesional de la costura, en los meses previos al carnaval, se mueve entre telas de colores naturales, encajes, blondas, pamelas y demás complementos que conforman la vestimenta indiana. “Confeccionar un traje no es complicado, solo hay que seguir la tradición y el patrón, pero sí requiere una mayor laboriosidad porque son pomposos y con muchos adornos, y llevan más trabajo que uno normal”, detalla. “Unos los puedes hacer en un día o dos, y otros te llevan más tiempo, todo depende de su complejidad”, señala. Algunas clientas diseñan sus propios trajes y otras se dejan asesorar por Álida. “Los encargos los hago cuando la gente me los pide, pero tiene que ser unos meses antes de Los Indianos porque yo con urgencia no sé trabajar, no puedo hacer trajes de hoy para mañana”.
Esta costurera también se viste de indiana, pero, como dice el refrán, en casa del herrero cuchara de palo. “Todavía no he tenido tiempo de hacerme un traje nuevo y el que llevo ahora ya tiene unos añitos”. Para Álida “una mujer bien vestida siempre es guapa” aunque, recuerda, “según dicen, las palmeras siempre lo son”.