Por estas fechas, las partes altas de La Palma, a más de 2.000 metros de altitud, con el inicio de la floración de los codesos, retamones y violetas, comienzan a teñirse de amarillo fulgurante y lila. Los tajinastes rosados, con su pintoresca y esbelta impronta, también contribuyen a realzar la particularidad del entorno.