La pérdida de población de La Palma se debe “en buena medida, a que algunos ayuntamientos tenían sobredimensionado el censo, quizás no hay una pérdida real de habitantes”, ha señalado a este digital José León García Rodríguez, director del Departamento de Geografía e Historia de la Universidad de La Laguna (ULL). “Había inscritos más habitantes de los que en realidad tenían, personas que estaban fuera de la Isla, en Venezuela, inmigrantes, extranjeros etc., y el Instituto Nacional de Estadística (INE), si esos residentes no dan señales de vida, cuando pasa un tiempo les da de baja de oficio”, explica.
“Esto ha ocurrido en municipios como Tazacorte, que tenía una población sobredimensionada, probablemente también sucede en el norte de la Isla, donde hay menos población, porque tenían inscritos habitantes que realmente no estaban viviendo en el municipio”, detalla.
“Este creo que es el efecto que se ha producido en La Palma, no tanto que esos 5.000 habitantes menos se hayan marchado ahora, sino que realmente estaban contabilizados de más y por ello la población llegó a los 85.000-87.000 habitantes en parte a causa de esa sobreinscripción, y en estos momentos estamos en torno a 80.000 y poco”, subraya. “Creo que esa es la causa principal, más que en esta etapa reciente se haya producido una destacada emigración de la población palmera, aunque seguramente esta también se ha dado a causa de la crisis económica”.
Recuerda que “La Palma es actualmente la antepenúltima isla por volumen de población del conjunto del Archipiélago, solo tienen menos habitantes La Gomera y El Hierro”. “En la etapa más reciente -los últimos ocho o nueve años- la Isla ha perdido unos 5.000 habitantes en términos estadísticos y desconocemos cuántos en términos reales, debido a que la crisis económica posterior a 2007 ha incidido en una población ya estancada o con un crecimiento muy lento desde hace décadas, incrementado a partir de ese año su elevado y crónico índice de desempleo”, precisa.
El profesor José León García se plantea “otra cuestión interesante, difícil de responder, y es cuánta población vive realmente en La Palma, porque muchos habitantes de la Isla simultanean su residencia entre Tenerife y La Palma, pero están inscritos en La Palma, aunque tienen casa en Tenerife, que la han comprado para que sus hijos estudien o para cuando van al médico”. “Probablemente en La Palma vive menos gente de la que dicen las estadísticas, y fijar qué población real tiene la Isla no es fácil de averiguar, porque esa multirresidencialidad existe y seguramente no solo en La Palma”, admite.
“Y es también una imagen, un reflejo de que La Palma en parte es una isla con una función residencial, reside mucha gente jubilada y extranjeros, y el oficio residencial es una función no muy productiva, por lo que probablemente habría que activar otras funciones que fueran más rentables”, resalta.
En su opinión, La Palma “tiene que crear más infraestructuras y servicios para que sea más atractiva de lo que es ahora mismo para mucha de esa gente que se marcha”. “Habría que mejorar los centros educativos de rango universitario como la Escuela de Enfermería, y eso tiene unos costes porque Canarias es una región fragmentada, pero la Administración insular y regional debe asumirlos”, recalca. “Lo que no puede ser es que haya islas en las que la población se agolpa en determinados sitios, con pérdida de calidad de vida, a pesar de todo, y otras islas se despueblen; hay que establecer recursos en los presupuestos de las entidades públicas para intentar hacer frente a esos problemas”, defiende el director del Departamento de Geografía e Historia de la Universidad de La Laguna. “Esto no es fácil, pero algo hay que hacer, hay que intentar ejecutar proyectos y propuestas que hagan interesante y posible residir en La Palma”.
“Con los medios de comunicación que tiene la Isla, con mejores comunicaciones exteriores cada vez, internet, banda ancha, etc., todos esos servicios hacen que para mucha gente vivir en La Palma sea igual de fácil o de cómodo que residir en otro sitio, teniendo además un medio ambiente saneado, un paisaje magnífico y un cielo privilegiado; todo esto debería aprovecharse para desarrollar proyectos que logren una revitalización y recuperación demográfica”, apunta.
Entiende que “La Palma necesita un poco más de población para que haya elementos de la economía que funcionen y puedan mantenerse por sí mismos; por tanto, es imprescindible aumentar el número de habitantes”, concluye.