La Policía francesa investiga la relación de los dos presuntos etarras detenidos este miércoles en la localidad de Châteauneuf-de-Randon, en el sur del Francia, con el atentado de ETA del pasado sábado en Capbreton, que ha costado la vida a dos guardias civiles.
Fuentes de la investigación han informado de que los arrestados, que no han opuesto resistencia a pesar de que estaban armados, son Asier Bengoa López de Armentia y Saioa Sánchez Iturregi, alias Hintza, una de las etarras más buscadas por las fuerzas de seguridad.
Aunque en un principio otras fuentes de la investigación apuntaron que la detenida podría responder a la identidad de Amaia Alonso, fuentes policiales precisaron a primera hora de la noche que la arrestada es Saioa Sánchez Iturregi.
Ambos han sido trasladados ya a París, donde tiene su sede la Subdirección Antiterrorista de la policía francesa (SDAT).
Fuentes de la lucha antiterrorista han asegurado además que las autoridades galas tratan ahora de comprobar los restos de ADN y de huellas encontrados en el lugar del atentado con los de los ahora detenidos para verificar la posible autoría del tiroteo del sábado.
Los análisis policiales no estarán listos antes de este jueves, han añadido estas fuentes.
No obstante, el Ministerio del Interior francés ha reconocido que la apariencia física de los dos detenidos este jueves se corresponde “con la descripción de los individuos buscados”.
Les seguían la pista desde el pasado lunes
Las fuerzas de seguridad galas les seguían la pista desde el pasado lunes, tras el intento de robo a punta de pistola de un coche en la localidad de Gabillou.
Al ser apresados, los dos presuntos etarras se encontraban en la inmediaciones de un hotel y portaban una importante cantidad de dinero en metálico.
Châteauneuf-de-Randon está cerca de Toulouse, en una zona en la que este martes por la tarde la Gendarmería había establecido un importante operativo de control ante la posibilidad de que los ahora detenidos estuvieran en la región.
Además, algunas llamadas a la policía habían apuntado la existencia de una pareja que hablaba francés con acento español y que se movía en esa zona.
Entretanto, las fuerzas de seguridad galas siguen buscando al posible tercer implicado en el tiroteo de Capbreton del pasado sábado, ya que todos los testigos apuntan a que fueron tres los terroristas -dos hombres y una mujer- que perpetraron el atentado contra los agentes de la Guardia Civil.
Saioa Sánchez Iturregi, alias Hintza, es una de las etarras más buscadas por las fuerzas de seguridad y podría haber participado en las últimas actuaciones de la banda, según informaron fuentes policiales.
Su fotografía fue difundida el pasado agosto junto a la de otros cinco presuntos miembros de ETA en 46.000 carteles que fueron colocados en lugares de gran afluencia de público.
Sobre Hintza pesaba desde el 14 de julio una orden de busca y captura decretada por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón cuatro días después de que el presunto etarra Aritz Arginzoniz, fuera detenido en la estación de autobuses de Santander.
Según el auto de prisión firmado por Garzón, Arginzoniz, Hintza y otro etarra huido -Eneko Zarrabeitia, Sorgin-, habrían formado el comando Larrano que planificaba una serie de atentados en Cantabria por orden del responsable del aparato militar de ETA Garikoitz Aspiazu, Txeroki.
El otro detenido este miércoles en Francia, Asier Bengoa, de 31 años y natural de Vitoria, aparecía en la documentación intervenida a los dirigentes de ETA en Francia como responsable del aparato de captación en el interior de Álava, y comenzó a colaborar con ETA en 1999, año en el que pasó a la banda información sobre un guardia civil y un agente de la policía nacional.
Bengoa fue detenido en 2003, en una operación desarrollada contra el aparato de captación e infraestructura de ETA en la que fueron arrestadas otras 27 personas a raíz de los papeles incautados al dirigente etarra Juan Ibón Fernández de Iradi Susper.
Tras ingresar en prisión preventiva el 1 de abril de 2003, Bengoa fue puesto en libertad el 7 noviembre de 2006, diez días antes de que la Audiencia Nacional dictara contra él una sentencia de siete años de cárcel, posteriormente ratificada por el Tribunal Supremo, según han informado fuentes jurídicas. Desde entonces, el etarra se encontraba en paradero desconocido.