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El dueño de la furgoneta explosionada por ETA en Barajas ''quiere olvidar lo ocurrido''

El joven al que ETA mantuvo tres días secuestrado, tras robarle la furgoneta que explotó en el atentado del aeropuerto de Barajas, “no desea hablar con nadie y quiere olvidar todo lo ocurrido”, según aseguró este martes su madre, quien rehusó desvelar su identidad. Señaló que su hijo, de 22 años y natural de la localidad guipuzcoana de Oñati, ha recibido llamadas de “muchos sitios”, pero ha decidido no “dar más datos” porque no quiere “morbo” y porque “la declaración ya la ha hecho a la Guardia Civil, y la Ertzaintza ya tiene todo”.

La madre del dueño de la furgoneta que ETA utilizó para cometer el atentado confirmó sucintamente las informaciones que se han publicado en distintos medios de comunicación sobre lo que le sucedió a su hijo: que fue detenido en Luz Ardiden (Francia), que lo tuvieron tres días secuestrado y que lo liberaron el sábado por la mañana en el país vecino después de la explosión de Barajas. “La noticia es ésa. Ya está dada”, destacó.

Añadió que lógicamente, cuando lo dejaron en libertad, él no sabía lo que sus secuestradores habían hecho con su vehículo, aunque rechazó aclarar si su hijo tuvo alguna sospecha durante los tres días de cautiverio.

“Eran mensajes normales”

La familia “no temió” por el paradero de su allegado, ya que sabían que había ido a pasar unos días a esa zona de Francia y, además, recibieron mensajes a través del teléfono móvil. “Eran mensajes que le obligaron a mandar, pero pensábamos que eran normales y corrientes y no sospechamos nada de nada”, afirmó su madre.

El joven, según informaron fuentes de la investigación, fue secuestrado el miércoles 27 de diciembre por tres encapuchados que se identificaron como miembros de ETA y liberado el 30 de diciembre, entre una y dos horas después del atentado. El joven pasó la primera noche en la furgoneta junto a sus secuestradores, pero el 28 de diciembre por la mañana lo trasladaron a otro vehículo que llegó al lugar donde se encontraban, aunque esa noche durmieron en una casa abandonada.

El viernes 29 lo pasaron haciendo recorridos de un lugar a otro en el segundo coche, en el que también pernoctaron. Tras esa última noche, el joven fue liberado entre las 10.00 y las 11.00 horas del sábado día 30 cerca de la localidad de Escot, en el departamento de los Pirineos Atlánticos, entre una y dos horas después de que explotara la furgoneta en el aparcamiento de la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas.