Así lo expuso De la Morena durante su declaración como testigo en la vigésimo cuarta sesión del juicio del 11-M, contradiciendo de este modo lo manifestado entonces por el ministro del Interior, Ángel Acebes, quien tras conocerse el tipo de explosivo siguió manteniendo que la línea prioritaria de investigación era ETA. De la Morena explicó que en un primer momento “lógicamente la referencia de ETA es la que más pesa por los referentes inmediatos”, tales como el intento de atentar contra el tren que cubre la línea Madrid-Irún en la Nochebuena de 2003 o los intentos en Baqueira Beret.
No obstante, dijo que “no había una línea definida” y añadió que en una primera reunión en la Secretaría de Estado de Interior, mantenida sobre las 12.00 horas del 11-M, él ya señaló que si bien podía ser ETA “tenía que concurrir una circunstancia extraordinaria que no se había dado hasta entonces”, ya que no se había producido una llamada previa de aviso, como suele hacer la banda terrorista. Sobre las 13.00 horas de ese día, el comisario general de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro, llamó al subdirector general Operativo de la Policía, Pedro Díaz-Pintado, para informarle de que el explosivo parecía ser “Tytadine reforzado con cordón detonante”.
“Ahí la hipótesis de ETA adquiere fortaleza”, destacó De la Morena, para después relatar que en otra reunión que mantuvieron sobre las seis de la tarde “el subdirector operativo comenta que los Tedax dicen que no se trata de Titadyne”. Según De la Morena, “no recuerdo si dicen que es dinamita sin más y si dicen algo de Goma 2 ECO, pero para mí lo relevante es que no es Tytadine” y por ello “a partir de ese momento están las dos líneas de investigación prioritarias”, la de ETA y la del terrorismo islamista.
La línea islamista cobró mayor fuerza con el hallazgo de la furgoneta Renault Kangoo, en la que los terroristas supuestamente trasladaron las bombas hasta los trenes, y de cuya existencia supo “sobre las tres y media” de la tarde. Al llegar al lugar en el que estaba siendo inspeccionada le informaron de que en su interior se habían encontrado detonadores, restos de dinamita y una cinta de casete en árabe.
“Yo esperaba más de la cinta. Iba pensando que si aquello tenía que ver con la pista islamista eso podría ser una reivindicación”, pero luego supo que se trataba de “salmos habituales” y que la cinta se podía adquirir en cualquier tienda o mercadillo árabe. Agregó que en la madrugada del día 12 le avisaron de la mochila encontrada en la Comisaría de Vallecas y “me empecé a interesar por los componentes” -así supo que en su interior había un teléfono con una tarjeta- porque creía que eran los que iban a permitir avanzar algo en al investigación.
Aún así se siguieron haciendo identificaciones de miembros de ETA, ya que varios testigos llamaron asegurando haber visto a algún etarra, lo que achacó a un tríptico con miembros buscados de la banda que fue distribuido ante la posibilidad de que la banda atentara ante las elecciones.
Notificación al ministro Acebes
Por su parte, el ex subdirector general operativo de la Policía Pedro Díaz Pintado aseguró que la tarde del 11-M el entonces ministro del Interior Ángel Acebes le indicó que abrieran otra línea de investigación distinta a la de ETA al conocer que el explosivo de los atentados no era Tytadine.
Así lo manifestó Díaz Pintado al relatar cómo en las primeras horas tras el atentado el entonces comisario general de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro, le indicó que el explosivo que estalló en los trenes era Tytadine, lo que afianzaba la pista de ETA por tratarse de la dinamita que habitualmente utiliza la banda. Sin embargo, a las cinco de la tarde, Cuadro le comunica que en la furgoneta Kangoo, hallada en las inmediaciones de la estación de Alcalá de Henares y en la que supuestamente se trasladaron las bombas, se han encontrado restos de un tipo de dinamita que “no puede ser Tytadine porque no tiene nitroglicerina”.
Con esa información, prosiguió, se dirigió a la reunión que había convocado Acebes para las seis de la tarde con la cúpula policial tras conocer el hallazgo de la furgoneta, de la que él dijo que tuvo conocimiento pasadas las 15.00 horas. Al llegar a esa reunión Díaz-Pintado informó al ministro de que el explosivo empleado en los atentados no era Tytadine sino una dinamita sin identificar.
En ese momento se plantean dos hipótesis, destacó, una que es ETA o que se inicia una nueva línea de investigación, a lo que según el testigo el ministro dijo: “si se ha encontrado una nueva vía sigan”.
“Esclarecer la incidencia en la investigación de los hechos”
Por otro lado, la Fiscalía solicitó al tribunal que juzga el 11-M que llame a declarar a los miembros de la Policía a los que el ex director general de este Cuerpo Agustín Díaz de Mera alude en la carta en la que revela quién le habló de un supuesto informe que relacionaba a ETA con los atentados. En su escrito la Fiscalía de la Audiencia Nacional justifica esta solicitud “a los efectos de constatar los datos y circunstancias de la declaración del señor Díaz de Mera y esclarecer su incidencia en la investigación de los hechos”.
El ex director de la Policía se había negado el pasado 28 de marzo, durante su comparecencia ante el tribunal, a desvelar la identidad de su fuente, motivo por el que se le abrió un procedimiento por desobediencia grave. Tres días después, sin embargo, decidió identificar a esa persona en una carta que el tribunal recibió el pasado 3 de abril.
En la misiva Díaz de Mera cita al ex comisario general de Información Telesforo Rubio como la persona que encargó la elaboración del informe, a un agente identificado con el número 18.684 como la que lo redactó y a otro policía -el número 13.610- como la que lo manipuló para ocultar la relación de ETA con el 11-M. Díaz de Mera dice también en su carta que quien le comunicó a él todas estas circunstancias fue un antiguo responsable de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía, Enrique García Castaño.
Este comisario, sin embargo, dirigió a su vez una carta a sus superiores en el que niega haber hablado de ETA a Díaz de Mera y dice que éste le llamó poco antes de comparecer en el juicio y le pidió poder revelar su identidad “ya que se encontraba muy presionado políticamente”. La Fiscalía pide en su escrito que se llame a declarar a Rubio, a Castaño y al agente número 18.684, pero no al 13.610, ya que éste ya ha sido citado por el tribunal como perito.