Alonso advierte que “durante muchos años” el Estado se ha “inhibido”, pero tiene que “llevar la dirección política y económica del país”/
Cree que las CCAA han tenido la “tentación” de convertirse en Estados y ahora hay que “corregir” los “excesos” para garantizar viabilidad
MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El PP quiere sacar adelante una reforma de la Administración que cierre el modelo de Estado en España clarificando qué competencias son del Estado central y cuáles de las Comunidades Autónomas para terminar así con las duplicidades entre unos y otros.
El portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, destaca en declaraciones a Europa Press que el reto que tienen por delante “no lo ha hecho nadie en 30 años” y se muestra convencido de que el camino correcto es el de “no duplicar competencias” y “clarificar la posición de cada uno” pues “cuando cada uno sabe lo que tiene que hacer todo funciona mejor”.
Como ejemplo de esta filosofía, cita la oferta hecha por el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, a las autonomías para que cierren sus oficinas con marca propia en el extranjero y las integren en la red de Embajadas y oficinas comerciales del Estado.
“Si el Estado tiene la competencia en representación exterior, que las autonomías no tengan 'embajadas' nos parece lógico porque eso le corresponde hacerlo al Estado y el dinero se reparte para que cada uno haga su competencia”, argumenta.
Alonso afirma que al PP le gustaría “llegar a un consenso” con los socialistas para sacar adelante esta reforma, pero reconoce que “en este momento no parece muy posible”. Recuerda la propuesta planteada por los 'populares' de reducir el número de parlamentarios autonómicos en toda España, donde “en todas partes” se han topado con la oposición del PSOE
Explica que la reforma responde a la necesidad de hacer un “ajuste” para que el Estado descentralizado vuelva a ser lo que era antes de que se cometieran algunos “excesos” que, en su opinión, ahora hay que corregir.
Alonso defiende el sistema descentralizado español por la conveniencia de que las decisiones sobre la gestión de los recursos públicos estén “más cerca de los ciudadanos”, pero ha advertido de la deriva de los últimos años, cuando las Comunidades Autónomas “han tenido la tentación de convertirse en Estados”.
Frente a esta deriva, subraya que el Estado no puede inhibirse, sino que debe ejercer “su papel, algo que en España durante muchos años