Mariano Rajoy no quiere periodistas cerca tras su encuentro con Evo Morales previsto para este martes en Moncloa. El gabinete del presidente del Gobierno no ha convocado la tradicional rueda de prensa conjunta que sigue a cada encuentro con un líder extranjero. Según el equipo de Rajoy, el encuentro es una “visita de cortesía” no una visita oficial y justifican que no haya convocatoria para la prensa, que solo podrá hacer fotos y grabar imágenes del encuentro. Se basa en que “no tiene sentido” realizar una rueda de prensa ya que la reunión acabará tarde, a las 9 de la noche.
Bolivia no califica de privada de o de cortesía la visita de su presidente sino como “reunión de trabajo”. De hecho, Evo Morales va a seguir el procedimiento habitual de las visitas oficiales, ya que previamente se reunirá con el rey Juan Carlos en La Zarzuela. Ante la negativa de Rajoy, la embajada boliviana ha tenido que organizar una rueda de prensa tras la reunión en un hotel de Madrid y explica que “no estaba planificado” que fuera conjunta.
Esta es la primera visita de Morales a España después de la negativa de varios países europeos a dejar volar el avión presidencial del mandatario latinoamericano ante las sospechas infundadas de que en él se encontrara Edward Snowden, el extécnico de la NSA que ha dado a conocer el programa masivo de espionaje llevado a cabo por Estados Unidos.
La actuación del Gobierno de Rajoy, que intentó inspeccionar el avión de Morales bloqueado en Viena, supuso una crisis diplomática entre España y Bolivia, que calificó el incidente como un secuestro y una agresión a todo el pueblo boliviano.
Este salto en el protocolo evitará a Mariano Rajoy el mal trago de dar explicaciones sobre las últimas revelaciones del caso Bárcenas. Un nuevo SMS enviado por el extesorero, publicado por El Mundo, demuestra que el PP negoció con el exjefe de las cuentas su despido en febrero, a través de Mauricio Casals, el presidente de La Razón.
No es la primera vez que Rajoy cambia las reglas del juego para evitar dar explicaciones sobre el caso Bárcenas al torpedear el funcionamiento habitual de las ruedas de prensa que se celebran en Moncloa tras las reuniones con líderes internacionales, en las que cada uno responde a dos preguntas de los periodistas. La prensa española tiene el acuerdo de pactar previamente las cuestiones y los redactores que las harán.
En julio Rajoy alteró el normal desarrollo de la rueda de prensa que ofreció con el primer ministro polaco para evitar preguntas incómodas sobre el caso Bárcenas. En esa ocasión el presidente se saltó ese acuerdo y dio la palabra al redactor de ABC que ofreció la más dulce de las versiones en el catálogo de preguntas sobre Bárcenas.
Mariano Rajoy no tendrá que dar explicaciones ante los periodistas sobre los últimos acontecimientos sobre el caso del extesorero del PP hasta finales de esta semana, cuando viaje a San Petersburgo con motivo de la cumbre del G20. Moncloa no tiene previsto evitar a la prensa ya que con el presidente se desplazarán los periodistas que siguen habitualmente la información del Ejecutivo, que plantearán las preguntas “sin restricciones”, según su departamento de prensa.
La estrategia del Gobierno y del Partido Popular parece clara: ya han dado las explicaciones suficientes después de que el presidente engañara al Parlamento sobre Bárcenas al decir que estaba fuera del PP cuando llegó al poder, mientras que el extesorero siguió en nómina hasta este mes de enero. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, intentó tapar este lunes el escándalo Bárcenas con la cifra positiva del paro y reiteró que ya había dicho “todo lo que tenía que decir sobre este asunto ante el juez”.
Antes de que Rajoy diera explicaciones en el Congreso, el PP utilizó la mayoría absoluta para vetar la comparecencia. En este nuevo ciclo político, continúa la misma fórmula: la Junta de Portavoces ha rechazado incluir en el orden del día del próximo pleno una iniciativa para crear una comisión de investigación sobre financiación ilegal del PP.