El Rey reclamó esta noche “rigor y solidaridad” para detener el “doloroso drama de muerte y explotación” que es la inmigración ilegal y el tráfico de seres humanos.
Fue en su tradicional Mensaje de Navidad y al despedir un 2006 en el que centenares de personas perdieron la vida en su intento por alcanzar las costas españolas en frágiles embarcaciones, procedentes de las cercanas costas africanas.
Para don Juan Carlos los éxitos económicos y sociales de las últimas décadas “explican” los flujos migratorios de tantos hombres y mujeres que se han instalado en España y “contribuyen con su valioso esfuerzo” al crecimiento del país. Esfuerzo que merece el reconocimiento y la gratitud de todos.
Momentos antes, había advertido de la necesidad de reforzar la lucha contra la pobreza, la marginación y la exclusión social, y animado a seguir “corrigiendo” las desigualdades, con una atención preferente hacia los discapacitados.
De ese “esfuerzo común” por combatir las desigualdades recordó la unánime aprobación por las Cortes de la Ley de Dependencia.
“España es hoy -dijo- una sociedad moderna y avanzada, de hombres y mujeres trabajadores, generosos y solidarios y que contribuyen con esfuerzo al bienestar de sus familias y del conjunto de la sociedad”.
Un país que crece de forma sostenida por encima de la media europea, “gracias a la dedicación y al empeño de todos”, y que ha hecho posible la mejora de los servicios, las prestaciones sociales y las infraestructuras, recordó.
Pero ese deseo de bienestar, advirtió el Rey, “no debe concentrarse sólo en los aspectos materiales, ni limitarse al tiempo presente”.
Tiene que convertirse en una “ambición permanente” que permita “crecer en valores individuales y colectivos” para construir un futuro “más próspero, justo y solidario”.
Habló don Juan Carlos de extender los beneficios del progreso al conjunto de los ciudadanos, y dijo que más y mejor empleo, la protección social, la cobertura sanitaria o el acceso a la vivienda “son legítimas preocupaciones y aspiraciones”.
También tuvo palabras de aliento para los jóvenes, “en su afán por conseguir una sociedad cada vez más equitativa”, y planteó la necesidad de redoblar esfuerzos en educación, investigación e innovación.
“Aseguremos plenamente -insistió- los derechos humanos y la dignidad de cada persona, sea cual sea su origen, raza, sexo, religión o credo, promoviendo todos aquellos valores que distinguen al ser humano”.
Unos valores en cuyo fomento trabajan “con entrega” instituciones y voluntarios, para los que reclamó “gratitud, estímulo y apoyo”.
Desarrollo urbanístico
El Rey dijo esta noche, en su tradicional Mensaje de Navidad y al finalizar un año en el que se han conocido importantes escándalos relacionados con la construcción, que el desarrollo industrial y urbanístico deben responder “al interés general”.
Don Juan Carlos apostó por un desarrollo sostenible y reclamó la “más eficaz cooperación” para proteger “con mayor ahínco” paisajes, bosques y costas de “brutales” incendios y otras calamidades.
“Cuidemos -dijo- la extraordinaria riqueza ambiental de España, de modo que el progreso no sea una hipoteca para el futuro, no agote los recursos y no destruya nuestro entorno natural”.
Terrorismo
El Rey, en su Mensaje de Navidad, pidió a los partidos que sosieguen la vida política y trabajen “con espíritu integrador”, y recordó el “deber y la responsabilidad” que instituciones y fuerzas democráticas tienen para, “juntos”, poner fin al terrorismo.
“Tenemos -dijo- el deber y la responsabilidad de lograr la unidad y la cohesión para desplegar todos los esfuerzos que nos permitan alcanzar, juntos, el objetivo irrenunciable de poner fin al terrorismo, dentro del pleno respeto a nuestra Constitución”.
Entre constantes llamamientos a la unidad y al consenso, “fundamento de nuestros principales logros”, don Juan Carlos se dirigió a los españoles en los momentos previos a la gran celebración familiar de la Nochebuena para, como el año pasado, recordarles que “somos una gran Nación”, de la que “todos podemos sentirnos orgullosos”.
Como ha hecho durante el año que ahora finaliza en muchas de sus intervenciones públicas, el Rey volvió a hablar esta noche de la Constitución, “de todos y para todos”, y aprovechó la ocasión para tratar otros asuntos de actualidad, como la inmigración ilegal, el urbanismo, la educación, los problemas de la juventud o la defensa del medioambiente.
En su tradicional Mensaje de Navidad, el Rey pidió “una vez más” a instituciones y partidos políticos que “contribuyan, mediante el más amplio consenso y el apoyo del conjunto de la sociedad, a asegurar la mejor solución a las principales preocupaciones de los ciudadanos”, siempre desde el marco de “nuestra” Constitución.
Es el momento, según el Rey, de “redoblar esfuerzos” en esa dirección, “desde el respeto mutuo, con un diálogo sincero y responsable”, porque es además lo que “la gran mayoría” de los ciudadanos esperan “de sus instituciones y legítimos representantes”.
Todo ello sin “renunciar” a las “propias convicciones”, y desde la necesidad de “concentrarnos en todo aquello que nos une para -dijo- buscar el acuerdo en lo esencial” y siempre “al servicio de un futuro cada vez mejor para España”.
Un futuro que merece “una dedicación diaria por parte de todos y cada uno de nosotros”. “Soseguemos -recalcó- la vida política y trabajemos con espíritu integrador”.
La Constitución ofrece a tal fin un marco “amplio y generoso”, pues “asegura la convivencia en libertad de todos los españoles, el pleno ejercicio de nuestros derechos y la pacífica defensa de cualquier opción política”.
Una Constitución que es “garantía de armónica convivencia” y que “debe ser correspondida -afirmó- con el respeto a sus reglas como expresión de la voluntad popular”.
En ese marco democrático la “única” respuesta a la extorsión, la coacción y la violencia “es la que resulta -dijo- de la primacía de la Ley y del Estado de Derecho”.
Don Juan Carlos habló del “objetivo irrenunciable” de poner fin al terrorismo, “dentro del pleno respeto” a la Constitución. Fue entonces cuando recordó que todos, instituciones y partidos políticos democráticos, “tenemos el deber y la responsabilidad de lograr la unidad y la cohesión para desplegar todos los esfuerzos” que permitan alcanzar “juntos” dicho fin.
El Rey tuvo un recuerdo para las víctimas de “la profunda crueldad” del terrorismo, a las que “debemos nuestro respeto, afecto, apoyo y solidaridad”.
Al iniciar su Mensaje de Navidad, y de cara al Nuevo Año, el monarca había advertido de la necesidad de tomar conciencia “de lo mucho que juntos hemos avanzado” en las últimas décadas y “del enorme potencial que, trabajando unidos, España encierra para nuestro futuro”.
“Nunca -advirtió- habíamos conseguido recorrer un periodo tan largo e intenso de paz, estabilidad, progreso y bienestar, en democracia y libertad”.
Y es que “unidos”, continuó, “hemos alcanzado una modernización sin precedentes en nuestra Historia”, aunque “no debemos ni podemos dar por sentados los avances que juntos hemos logrado con gran esfuerzo y sacrificio, atravesando incluso -afirmó- momentos de intenso dolor y sufrimiento”.
Para el Rey, las “claves” que explican la modernización de España están en la “reconciliación, la concordia, la generosidad y la común voluntad de construir una España democrática, moderna, unida y respetuosa de su rica diversidad”.
Todo ello en torno a una Constitución “de todos y para todos”, producto del “más amplio consenso entre los españoles”, que ya en su día, hace casi tres décadas, hizo posible la Transición.
El Rey tiene “plena confianza” en el futuro de España, “porque -insistió- tengo confianza en todos los españoles”, en todos los hombres y mujeres “de cada uno de nuestros pueblos, ciudades y Comunidades Autónomas”.
“Sigamos adelante. Con orgullo y autoestima, sin caer en el desánimo y, menos aún, en la indiferencia”, afirmó el Rey, para quien debemos estar “profundamente convencidos” acerca de “nuestras posibilidades”, “respetuosos con nuestra diversidad, sin perder nunca -insistió- las unidad que nos da la fuerza y la dimensión necesarias para el progreso”.
En el “afán diario por construir juntos una España siempre mejor”, nunca faltará el “impulso moderador e integrador” de la Corona, su “plena entrega y mejor voluntad de servicio” a los españoles.
Tarea y dedicación que, recordó el Rey, tienen en el Príncipe de Asturias “la mejor garantía de futuro”.
Reconocimiento a las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad
El Rey agradeció a las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad su “esfuerzo y sacrificio” a favor de la paz y la protección de los derechos humanos en las misiones que han asumido fuera de España, en lugares como los Balcanes, el Líbano o Afdganistán.
En su Mensaje de Navidad, don Juan Carlos tuvo palabras de reconocimiento para quienes con “eficacia” cumplen con dichas misiones.
También mereció su reconocimiento el “esfuerzo encomiable de solidaridad” de tantos cooperantes españoles que, en todo el mundo, “dan lo mejor de sí mismos por los demás”.
Antes, había recordado que la Cooperación al Desarrollo es “una parte esencial” de la acción exterior de España, y a la que se dedican “crecientes” recursos.
En su alocución navideña de todos los años, don Juan Carlos advirtió del hecho de que “nuestro bienestar, crecimiento y seguridad” dependen “cada vez más” del exterior, de ahí que “para seguir progresando, debamos reforzar nuestra presencial internacional”.
“Debemos sumar fuerzas -recalcó- para ganar eficacia y cohesión en la promoción y defensa de nuestros intereses en el mundo”.
Al hilo de esta cuestión, recordó que en el año que ahora finaliza se ha cumplido el veinte aniversario del ingreso de España en la Unión Europea.