Las razas ganaderas prehispánicas: un recurso biotecnológico contra los ‘superparásitos'

Ovejas canarias de pelo sujetas a la experimentación del equipo de ControlPara

Adrián Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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La industria ganadera se está viendo amenazada por la creciente resistencia a los tratamientos tradicionales de los parásitos que infectan a sus animales. Investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) están estudiando la resistencia natural de la oveja de pelo canaria, descendiente de las ovejas prehispánicas, para desarrollar una vacuna contra los parásitos como tratamiento alternativo.

La pérdida de productividad ganadera es especialmente grave en un momento en el que la población crece rápidamente, los recursos naturales están mostrando sus límites y la demanda de carne sigue disparada en los países en desarrollo. La Organización Mundial de Salud Animal calcula que los problemas de salud merman la productividad ganadera en un 20%.

“No podemos responder a la creciente demanda solo incrementando el número de animales, sino que debemos asegurar que cada animal produzca más. La mejor forma de controlar la productividad es a través de la sanidad porque a un animal le puedes dar toda la comida que quieras y las mejores instalaciones, pero, si no controlas su sanidad, no vas a ningún lado”, dice Julia Hernández, profesora de parasitología de la ULPGC e investigadora del proyecto, bautizado con el nombre de ControlPara, financiado por la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y la Sociedad de la Información (ACIISI) y Fondos Europeos al Desarrollo Regional (FEDER).

Tradicionalmente, los antihelmínticos se han usado de manera indiscriminada en el ganado. Si se conocía que había una infección del parásito en el rebaño, se le deban antihelmínticos a todos los ejemplares. Este es un uso desmesurado del medicamento, ya que muchos animales pueden hospedar un parásito y tenerlo controlado sin que les cause una enfermedad. Tratar indiscriminadamente al ganado y exponer a toda lo población del parásito al antihelmíntico genera un acelerado proceso selectivo en el cual los parásitos más resistentes al tratamiento sobreviven y, a lo largo de varias generaciones, su resistencia al antihelmíntico se hace prevalente entre la población del parásito.

“Recientemente se crearon un par de nuevas moléculas para antihelmínticos y en menos de diez años ya hay resistencias. Hoy en día la industria farmacéutica sabe que los fármacos nuevos, que le cuesta muchísimo desarrollar, van a tener resistencia en un corto plazo, así que ellos mismos recomiendan un uso racional de los medicamentos, tratando solo a los ejemplares enfermos”, dice Jorge González, profesor de veterinaria y coordinador del proyecto ControlPara.

La pérdida de eficacia de los antihelmínticos ha obligado también a la búsqueda de tratamientos alternativos contra estos patógenos. Un equipo de investigadores australianos de la Federation University Australia liderado por David Piedrafita y Els Meeusen, ha desarrollado un prototipo de vacuna contra el haemonchus contortus, un parásito común en las ovejas. El prototipo es prometedor, pero no es eficaz en ejemplares jóvenes de ovejas comerciales, los más vulnerables al parásito, ya que son más frágiles y no han tenido tiempo de desarrollar aún la resistencia al parásito a través del contacto.

La resistencia natural de la oveja canaria de pelo

La oveja canaria de pelo, una raza de descendiente de las ovejas prehispánicas de los antiguos canarios, es naturalmente más resistente al parásito, tal y como se observó en el proyecto PARAGONE, y podría responder bien a la vacuna en ejemplares jóvenes. Los investigadores del proyecto ControlPara están estudiando por qué es más efectiva la reacción de la oveja de raza local para poder mejorar la vacuna para todas las razas de oveja.

“Muchas razas indígenas son más resistentes que las razas que se utilizan comercialmente porque las razas comerciales se seleccionan artificialmente con fines productivos, mientras que las razas indígenas pasan por un proceso de selección natural que refuerza su resistencia al medio,” explica Hernández.

Históricamente, los ganaderos han aprovechado las razas resistentes a los parásitos utilizándolas en zonas de mayor afección de un parásito o haciendo un cruce industrial. En este caso, los investigadores van más allá, convirtiendo a la oveja canaria de pelo en un recurso biotecnológico. En su investigación, el recurso biológico de la oveja se emplea para crear un desarrollo tecnológico, la vacuna.

“La resistencia de la oveja de pelo no es magia. Esta resistencia se debe a una diferencia en cómo responden las ovejas al parásito”, explica González.

Los investigadores esperan que, entendiendo la reacción de la oveja canaria de pelo al parásito, puedan trasladar esa reacción más efectiva a las demás ovejas. El objetivo es añadirle a la vacuna un coadyuvante, un elemento suplementario a su componente principal, que desencadene en todas las ovejas las mismas reacciones efectivas contra el parásito observadas en la oveja de pelo.

“Por ejemplo, si vemos que la reacción inmune de las ovejas de pelo conlleva un incremento de los eosinófilos, pero el resto de ovejas no responden a la vacuna generando eosinófilos, podemos incluir en la vacuna una molécula que desencadene la creación de eosinófilos para que todas las ovejas respondan como las ovejas de pelo”, explica González.

Los investigadores creen que los eosinófilos, unas células que despedazan un organismo externo para facilitar su eliminación, forma parte de la resistencia del ovino local al haemonchus contortus. Aunque no pueden decir que sea seguro que los eosinófilos jueguen un papel importante, saben que, al reducir los niveles de interleucina 5, la molécula que activa la producción de eosinófilos, la resistencia de la oveja canaria de pelo al parásito desapareció.

Lo que sí demostró Hernández con seguridad en uno de los experimentos de su tesis es que los linfocitos T gamma delta forman una parte esencial de la respuesta al parásito de la oveja canaria. Cuando la investigadora redujo esta población celular de las ovejas, su resistencia al parásito desapareció. Aún no se sabe, sin embargo, si esta célula se comporta como coordinadora o efectora de la reacción inmune.

“Eso lo veremos en otro proyecto”, bromea la joven investigadora, destacada recientemente por la ULPGC por su producción investigadora como investigadora joven.

El grupo de investigación forma parte de una red de investigadores internacional en constante colaboración para resolver un problema sin fácil solución. Según cuentan los investigadores, en Estados Unidos han descubierto que la acidez del estómago y la expresión de una multiplicidad de genes pueden influir en la resistencia a los parásitos.

“No es una sola cosa. No hay un interruptor que podamos subir o bajar para activar o desactivar la resistencia al parásito,” concluye Hernández.

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