No hay ninguna duda. Los primeros colonos de Canarias conocían la agricultura en las siete islas habitadas por aquella gente procedente del Norte de África, cuando los romanos dominan aquella vasta región bañada por el Mediterráneo. La investigación realizada por el arqueobotánico Jacob Morales, adelantada por Canarias Ahora, es contundente al respecto. En algunas islas, sin embargo, había dudas porque las crónicas afirmaban que la desconocían; una de ellas era El Hierro. El arqueólogo Sixto Sánchez acaba de publicar el libro La agricultura en la sociedad bimbape: los cereales. No es la única novedad literaria del verano con temática indígena. La profesora Pilar Ramos recorre la arqueología de su pueblo, Artenara, en Irina y Gara, en Risco Caído y las montañas mágicas.
Sixto Sánchez Perera (La Orotava, 1957) es historiador por la ULL y máster en Museografía Didáctica por la Universidad de Barcelona. Vinculada a la arqueología herreña desde 1977, cuando participa en las excavaciones realizadas en la Cueva de los Guanches, reside en la Isla desde 1992. Es miembro de la Unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo de El Hierro.
Con su obra, este experto sale al paso de las informaciones que habían distorsionado la realidad de los primeros pobladores de la Isla. “La duda sobre si se practicó o no la agricultura”, explica el autor a esta Redacción, “se ha solventado en estos últimos años a través de la arqueología, ya que en las últimas excavaciones se han encontrado granos de cereales, concretamente de cebada y trigo”.
Otra prueba de que estos alimentos formaron parte de la dieta de los bimbapes es que en varios yacimientos “se han encontrado utensilios para el tratamiento de estos cereales, como los molinos y morteros empleados en la molturación”, cuenta Sánchez Perera en su trabajo de investigación, prologado por Manuel J. Lorenzo Perera, Premio Canarias de Cultura Popular 2022.
Irina y Gara en Artenara
Irina y Gara en Risco Caído y las Montañas Mágicas (El origen) es otra lectura recomendable para este verano para los interesados por el legado de los colonos norteafricanos de las Islas Canarias. Además de la lectura, la obra aporta piezas musicales de José Juan Montelongo Martín y un tema interpretado al timple por José Antonio Ramos (Gran Canaria 1969-2008), hermano de la autora de esta obra de ficción, Pilar Ramos Díaz.
Una tarde de verano en Artenara, “una joven del pueblo, una indígena de otro tiempo y con muchas ganas de conocer historias antiguas, han hecho que este libro esté lleno de aventuras muy recomendables”, comenta a Canarias Ahora la autora.
Los yacimientos arqueológicos de los municipios que conforman la Reserva de la Biosfera y el Patrimonio Mundial de la Humanidad de Gran Canaria, explica Pilar Ramos, “te llevarán al origen, al principio de todo. Así, conocerás Risco Caído y sus montañas llenas de secretos y lo harás gracias a la amistad de dos muchachas muy especiales de nuestra cumbre. Ellas te contagiarán su espíritu libre y te enseñarán que el secreto está en los mayores, y que el pasado tiene las claves”.
El objetivo fundamental de este trabajo, afirma Ramos, “es que todos conozcamos nuestra historia para identificarnos con ella y sentir la necesidad de protegerla”. La lectora “descubrirá cuevas pintadas, grabados en la piedra, almogarenes, túmulos, graneros, casas de piedra seca y otras muchas manifestaciones relacionadas con los antiguos canarios”.
La música forma parte importante de este libro. Nueve temas compuestos por Pepe Montelongo “amenizarán el recorrido por sus páginas, con las hermosas ilustraciones de Carla Fernández”. Irina y Gara en Risco Caído y las Montañas Mágicas cuenta con un tema interpretado al timple por José Antonio Ramos y otro, a la zampoña, por Míchel Montelongo.